Las notas de mi destino [Dororo AU]

De avanzar sin detenerse I: No quiero estar solo

Creía que, en cuanto asuntos del corazón, jamás podría experimentar un dolor tan terrible como el que sentí cuando rechazaron mis sentimientos, lo cierto era que estaba muy equivocado.

Sorpresivamente, escuchar a una de las personas a quien más amé en mi vida llorando desconsoladamente en mis brazos, era un pesar incluso más agonizante que el que esa misma persona rompiera tu corazón en pedazos.

Perdí la noción de todo pues sus bajos sollozos eran ya en lo único que podía concentrarme. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que el vuelo a Londres partió, y la desdichada jovencita de ojos chocolate continuaba llorando desconsolada en mi regazo.

Algunas personas que caminaban fuera del aeropuerto dirigiéndose a las diferentes entradas listos para partir a su destino, de cuando en cuando nos observaban con intriga, algunos incluso se atrevían a preguntar si todo estaba bien. Me limitaba a hacer leves movimientos con mi cabeza para dar a entender que todo estaba bajo control, esforzándome porque el abrazo que le daba no disminuyera ni un centímetro.

Ya no puedo recordarlo tan bien, pero en el segundo o tercer intento que hice para levantarla del suelo sin éxito, me ocasionó sobresaltarme pues la escuché pronunciar las siguientes palabras con su voz ahogada en desolación:

—Tahomaru ¿qué voy hacer ahora tan lejos de Hyakkimaru? ¿cómo se supone que viva con este intenso y angustiante dolor que no deja de perforar mi corazón?

Dororo ya había quebrado mi corazón meses atrás al rechazarme, y ahora volvía a hacerlo una vez más debido a ese dolor que la atacaba, todo a causa de la misma persona: mi hermano mayor.

—Dororo, por supuesto que no es nada fácil vivir con el dolor de la ausencia, pero... piensa que, si lo hiciste por su bien, entonces debes seguir manteniéndote firme en las decisiones que tomaste. No hay marcha atrás, por más difícil que sea, yo también creo que es lo mejor. Eres una de las personas más tercas y valientes que haya conocido nunca, por eso estoy seguro que lograrás salir adelante.

Puse mi mayor esfuerzo en ignorar esa fuerte opresión que atacaba mi pecho, traté que mis palabras sonaran convincentes. En realidad, no sabía si era el mejor momento para bromear un poco con ella, pero ya que nuestra amistad siempre funcionó de esa manera quise creer que no habría tanto problema, cosa en la que afortunadamente no me equivoqué.

Mis palabras lograron un efecto positivo en ella. Alzó lentamente su rostro para después dejar fija en mí una mirada entre azorada y reflexiva. Por mi parte, le correspondí con un semblante relajado, esbozándole una dulce sonrisa. Abrió ligeramente sus labios. Tal vez quería decir algo, pero se contuvo, en lugar de eso se llevó sus manos al rostro para comenzar a limpiar sus lágrimas con movimientos torpes.

Una vez se aseguró que estaba limpio me di cuenta que iba a levantarse, razón por la cual la ayudé sujetándola de las manos. Estando ya parados frente a frente me contempló con ojos conmovidos antes de hablarme con aún algo de debilidad, a pesar de eso, su semblante era ya mucho más tranquilo:

—Tienes razón, Tahomaru. La decisión final era mía, y por más complicado que fue, estuve dispuesta a sacrificar mi felicidad por el bien del sueño de Hyakkimaru. No me arrepiento, sigo convencida de que es lo mejor. No puedo... más bien no debo dejarme derrotar, tengo que seguir. Por el bien de Hyakkimaru y el mío debo ser fuerte.

—Así es. No será sencillo, pero estoy seguro que lograrás salir adelante. —Sin saber si era correcto o no dadas las circunstancias, acerqué con vacilación mi mano a su cabeza, atreviéndome a hacerle una corta y suave caricia en ella. La sentí sobresaltarse un poco ante el contacto, aun así, no hizo nada para evitarlo, en su lugar me miró por unos segundos con una inmensa gratitud—. Vamos, creo que es mejor que volvamos al departamento para esperar a tu tío. No creo que ni tú ni yo queramos seguir en este lugar.