De lienzos y añoranza IV: Yo para ti

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—¡¡No puedo hacerlo!!

Grité con voz potente, y un tanto desesperada. Arrojé el celular a unos metros delante de mí. Luego, completamente decepcionada estampé de lleno mi cara contra mi cama, la cubrí con mis brazos, a la par que soltaba toda clase de maldiciones y reclamos en voz baja para mí misma.

Seguía sumergida en mi auto decepción, cuando percibí a Mio acercarse. En efecto, observé de reojo que se agachaba a un lado de mí. Antes de poder decir cualquier cosa, sentí como me daba unas palmaditas en la espalda, lo más seguro a forma de consuelo.

—Es imposible, Mio nee. —Comencé a decirle, sin moverme de mi posición derrotada—. Apenas intento escribirle cualquier cosa a Hyakkimaru por LINE, mi mano tiembla y no puedo seguir. Mi mente se queda en blanco, y cualquier cosa que le escriba me parece estúpida. Por más intentos que hago, termino borrando todo.

—Pero... Creí que después de nuestra charla, y de que leíste todas sus cartas, habías tomado la decisión de volver a ponerte en contacto con él. —Me respondió de forma apacible—. Entonces ¿por qué sigues dudando? ¿crees que lo que haces está mal?

Voltee un poco mi rostro para que pudiera escucharme mejor, antes de responderle con timidez:

—Ahora que entiendo lo mucho que lo lastimé, me parece que un simple hola no bastará para poder reparar el gran error que cometí. —Me tomé unos segundos para levantarme, y dejar escapar un bajo suspiro— ¿Cómo puedo simplemente hablarle como si nada, después de lo cruel que fui con él?

—Pero, si no hablas con él, entonces nunca habrá ningún cambio. Si no lo haces, no podrás disculparte, ni mucho menos retomar el contacto con él. —Mio guardó silencio, esperando con paciencia a que le respondiera, cosa que no fue posible pues yo miraba fijamente mi celular, perdida en mis pensamientos. Viendo esto, se animó a continuar sin dejar de hablarme con gentileza—: Créeme Dororo-chan, a Hyakkimaru le bastaría un simple hola tuyo para disculparte al instante.

Cubrí mi rostro con mis manos debido a la vergüenza, esta no hizo más que aumentar al escuchar la baja risa de Mio. Flexioné mis piernas cerca de mi cara, y pasé mis manos por debajo de mis muslos, antes de responderle con voz apagada:

—Es por lo noble que es Hyakkimaru, que es tan complicado. Él se merece algo más que un simple "hola" y "lo siento", por eso es tan difícil escribirle cualquier cosa. —Desvíe mi vista, y de nuevo sentí mis mejillas sonrojar—. Hyakkimaru merece una disculpa en verdad especial, por eso no quiero decirle cualquier cosa tonta o sin sentido.

Mio enarcó sus cejas con cierto asombro. Con lo último que dije, pareció entender porque todo el asunto me estaba resultando tan complicado. No era como que mi temor o vergüenza me imposibilitara hacerlo. Era más bien que yo deseaba disculparme de una manera apropiada con él, y no reducirlo a un simple "lo siento". Hyakkimaru se merecía mucho más que eso, y hasta que no diera con el método apropiado, no haría nada.

Mio bajó la vista y entrecerró los ojos. Guardó silencio por un momento. Dirigí mi vista a ella al percatarme de su silencio. Por su expresión, parecía que estaba pensando en algo. Me di cuenta que estaba en lo cierto cuando volvió a hablar con un tono ilusionado:

—¡Ya lo sé! Dices que quieres que sea especial ¿verdad? ¿Qué tal si vuelven a ponerse en contacto, en un momento sumamente especial para él?

—¿En un momento especial? —Apenas escuché esto me enderecé y abrí mis ojos, expectante.

—Hyakkimaru y los demás terminarán su certificación de música en marzo. Él me lo dijo cuando hablamos en Londres.

—¡Es verdad! —De nuevo, mi voz subió de intensidad— En marzo se cumplen ya dos años desde que empezaron la certificación de música. —No pude evitar que una enorme sonrisa emocionada se formara en mis labios—. Falta ya tan poco para que lo logren, y comiencen a grabar su single debut.

Las notas de mi destino [Dororo AU]Where stories live. Discover now