De cuerdas y esperanza I: Anarquía en UK

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Mi pequeña Dororo:

Muchas gracias por todo lo que hiciste por mí. El tiempo que compartimos juntos fue corto, pero en verdad se convirtieron en momentos muy especiales en mi corazón. Fueron los mejores tres meses de mi vida.

Tengo este sueño desde hace años, pero después de conocerte puedo estar seguro de algo. Ahora quiero cumplir este sueño no solo por mí, también deseo hacerlo por ti para de esa manera poder hacerte feliz.

A pesar de la distancia que nos separará a partir de ahora, por favor quiero que siempre recuerdes esto: desde este día cada paso, cada sonrisa, cada risa, cada lucha, cada logro, cada canción que componga serán solo para ti.

Todos mis sentimientos y todas mis palabras te pertenecerán solo a ti. Siempre serás la dueña de mi corazón. Las notas de mi corazón siempre serán tuyas.

Esas palabras no abandonaron mi mente durante todo el vuelo a Londres. Quería sentirme emocionado, en verdad deseaba que así fuera, pero la profunda tristeza de todo lo que dejaba atrás perforaba una y otra vez mi corazón.

Las palabras que te escribí en la última hoja de mi cuaderno de canciones antes de abandonar Japón no eran más que la verdad. Eran ciertas en ese entonces y aún ahora todavía lo son. Debe ser por eso que cada vez que las recuerdo, siguen doliendo tanto.

Dororo... ¿todavía tienes mi cuaderno de canciones contigo?

 ¿todavía tienes mi cuaderno de canciones contigo?

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— ¡Bienvenidos a Londres!

Fue lo primero que escuchamos apenas salimos de la puerta de abordaje del aeropuerto de Londres. Dirigí mi vista rápidamente en dirección a esa voz tan cálida y paternal, mi sorpresa fue grata cuando nos encontramos con el Sr. Jukai Fujioka.

— Sr. Fujioka, es usted.

Le habló Saburota con cierta incredulidad, los tres apuramos el paso y nos colocamos delante de él haciéndole una respetuosa reverencia. El hombre de mediana edad nos observó a los tres con una enorme sonrisa, y tras hacer un gesto despreocupado con la mano, nos preguntó amablemente:

—¿Qué tal el viaje?

—¡Me maree varias veces! —Confesó Shiranui haciendo una mueca de disgusto—No soy una persona creyente, pero le recé a todos los dioses para poder bajar rápido del avión.

—¡Oye tonto, no le hables con tanta informalidad al Sr. Fujioka!

Shiranui le dirigió una mirada de "yo hago lo que quiero" a su amigo de la infancia, por mi parte observé con cierto asombroso como el Sr. Jukai comenzaba a reír en voz alta. Una vez Saburota se disculpó en nombre de nuestro vocalista, el Sr. Jukai repitió el gesto de la mano de hace unos minutos y prosiguió jovialmente:

—Está bien, ya les dije que no es necesario que sean tan formales conmigo. Trabajaremos juntos a partir de ahora, así que lo mejor es que todos seamos sinceros y nos sintamos cómodos entre nosotros.

Las notas de mi destino [Dororo AU]Where stories live. Discover now