De lienzos y añoranza II: Un grave error

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Mi reflejo en el espejo me regresó una triste sonrisa y una mirada nostálgica. Cerré los ojos, después exhalé un largo suspiro. Al volver a abrirlos, tomé con determinación la liga con la que sujetaba mi cabello en mi cotidiana coleta alta. Enseguida, con un firme y rápido movimiento lo solté. Mi cabello, el cual ya me llegaba a mitad de la espalda, cayó despreocupadamente, resbalando por mis hombros.

Retrocedí unos pasos para observarme casi de cuerpo entero en el espejo. Mi corazón empezó a latir velozmente de emoción, en tanto que examinaba cada detalle del nuevo uniforme que lucía. Era un uniforme sencillo, pero a pesar de su simpleza, era lindo y elegante a su manera.

Consistía de una camisa de vestir con una corbata roja. Usábamos un saco azul claro encima de la camisa, en tanto que la falda de tablones color gris, llegaba arriba de la rodilla. Las mujeres llevábamos calcetones blancos largos, mientras que los zapatos eran los clásicos escolares de color café.

Era una nueva etapa en mi vida. A partir de ese día, empezaría a cursar la preparatoria. Sabía que era el mejor momento para cambiar. Dejaría atrás de una vez por todas lo vivido en Tokio.

—¿Cómo me veo, Yoru?

Le pregunté a mi amado felino negro con un tono animado. El mencionado estaba tomando la siesta arriba de mi cama. Al escucharme, abrió sus grandes ojos verde esmeralda por apenas unos segundos, luego dio un largo bostezo para volver a acostarse.

—Tomaré eso como que me veo bien.

Concluí entre risas, encogiéndome de hombros. Sabía muy bien que ese gato no perdonaba sus siestas matutinas. Volví a darme un último vistazo en el espejo. Ya que había tomado la firme decisión de que iba a cambiar mi vida en todos los sentidos, fue por eso que opté por comenzar a dejar crecer mi cabello y usarlo suelto.

Me resultó imposible no recordar aquel verano de mis trece años cuando celebré el Tanabata junto con Mio y los hermanos Daigo. En aquella ocasión, también me deshice de mi coleta pues quería impresionarlo a él. La ilusa Dororo de ese entonces quería llamar su atención a toda costa, y creyó que soltando su cabello se vería más hermosa y podría lograrlo.

Ahora ese me parecía un amargo recuerdo. Rememorar ese día, causó que una punzada de dolor atravesara mi corazón.

—"Ahora es diferente. —Concluí determinada, cerrando fuertemente mi mano en puño, la cual estaba apoyada en el espejo—. En este día lo hago por mí, y no por él".

Con ese firme pensamiento, me di la media vuelta y salí de mi habitación.

Con ese firme pensamiento, me di la media vuelta y salí de mi habitación

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—¡Buenos días!

Saludé a mis tíos con alegría apenas entré en el comedor. En cuanto escucharon mi voz, los dos se volvieron a verme con un profundo interés.

—¡Querida, te ves tan linda con tu nuevo uniforme! —Exclamó con cariño mi tía apenas llegué a su lado. Antes de poder decir o hacer otra cosa, ella ya se había encargado de envolverme en un fuerte abrazo.

Las notas de mi destino [Dororo AU]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang