De lienzos y añoranza I: Corazón adormecido

151 11 27
                                    

Dentro del armario de mi habitación, en una caja recelosamente sellada con cinta, se encuentran guardadas todas las cartas y canciones que me escribiste. Por supuesto, tu cuaderno de canciones que me diste en el aeropuerto, cuando tenías dieciocho, también se encuentra ahí.

De vez en cuando, tras asegurarme que nadie podrá verme, me gusta sacar esa caja y perderme observando todo lo que escribiste para mí. Logro viajar momentáneamente al pasado, reviviendo todos los hermosos momentos que pasamos juntos.

Todavía sigue siendo mi más grande sueño que por un inexplicable milagro, aparezcas en la puerta de mi habitación mientras yo contemplo las partituras de tus canciones. Casi puedo verte acercándote a mí a veloces pasos. Me tomas de las muñecas y luego me atrapas entre tus cálidos brazos. Una vez ahí, llenas tanto mi cabeza como mi cara de numerosos dulces besos, como siempre te gustó hacerlo.

Hyakkimaru... ¿lo recuerdas? Te decía siempre lo mismo cuando te ibas y debíamos dejar de vernos por un tiempo: "Lejos de ti, es como si mi corazón estuviera adormecido". Te parecerá difícil creer que esto no ha cambiado. Si no estás a mi lado, todavía siento como si mi corazón viviera en un invierno eterno.

 Si no estás a mi lado, todavía siento como si mi corazón viviera en un invierno eterno

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La primera noche en que regresé a Iwate, mi ciudad natal, me fue imposible dormir. Después de aproximadamente una hora en la que me revolví en la cama de un lado a otro, milagrosamente conseguí dormitar un poco.

Sin embargo, la espantosa pesadilla que tuve casi al instante de quedarme dormida, ocasionó que no pudiera pegar el ojo de nuevo. Aún recuerdo ese mal sueño a la perfección, y siempre que lo hago, mi piel se eriza.

Las imágenes de un avión que iba de Tokio a Londres fallando a medio vuelo, que se estrellaba, y en el que ningún pasajero sobrevivía, me atormentaron al punto en que descontrolaron mi respiración.

"No, no, no... Tranquila Dororo, debes tranquilizarte. Solo fue eso. Una espantosa y terrible pesadilla. Nada de eso fue real". Me repetía a mí misma una y otra vez, en tanto que colocaba una mano en mi pecho, esperando que esto ayudara a que mi agitada respiración regresara a la normalidad.

Lograba recomponerme por unos minutos, cuando de nuevo, mi malvado cerebro (y aparente ansiedad), se las arreglaba para que nuevos pensamientos descabellados y pesimistas siguieran atosigándome. Desde que tal vez no había sido una pesadilla, sino más bien una premonición, hasta que terminar mi relación con Hyakkimaru había sido el peor error de mi vida.

Esta última reflexión derivó a muchas otras más: "Dejaste ir al amor de tu vida, ¿y si se fue para nunca volver? ¿y si deja de quererte? ¿qué tal si te cambia por otra persona? ¿qué tal si ya nunca vuelven a verse?"

—¿¡Y qué más da si todo eso pasa!? ¡¡Lo único que importa, es que así podrá cumplir su sueño!!

Grité con furia e impotencia mezcladas, enderezándome rápidamente en la cama. Apenas fui consciente de mi imprudencia, me cubrí rápidamente la boca con mis manos. Como lo imaginé, minutos después escuché la intrigada voz de mi tía Nabumi al otro lado de la puerta de mi habitación:

Las notas de mi destino [Dororo AU]Where stories live. Discover now