De lienzos y añoranza III: Palabras honestas

143 14 61
                                    

La enorme dicha que experimentaba, se vio reflejada en el veloz latido de mi corazón, así como la imperturbable sonrisa en mis labios. Apenas mis ojos vislumbraron el letrero de "Bienvenidos a Iwate", mi felicidad aumentó, incluso mis ojos humedecieron un poco.

Habían pasado poco más de dos años desde que dejé mi país natal para estudiar diseño de modas en París, y por desgracia, tanto por cuestiones de mis estudios como monetarios, no pude regresar a Japón hasta ese momento.

Estaba más que satisfecha con la vida que llevaba como estudiante extranjera en Francia. A pesar de esto, a veces me resultaba difícil por la cuestión de estar sola en un país desconocido, y esos repentinos ataques de nostalgia que me invadían, los cuales me ocasionaban extrañar profundamente mi hogar y mi familia.

Aun así, sin importar lo antes dicho, no me arrepentía de mi decisión. Estaba más que convencida que el lograr cumplir mi sueño, hacía que todos esos sacrificios valieran la pena.

Fue justamente por todo este tiempo fuera de casa, que hice mi mayor esfuerzo por terminar mi proyecto de fin de curso antes de tiempo, y de esa manera lograr salir antes de vacaciones, cosa que por fortuna conseguí. Incluso logré obtener una de las calificaciones más altas de toda mi clase.

Era por este motivo que una semana antes de lo previsto, ya me encontraba dentro de un taxi, esperando ansiosamente llegar a mi casa para abrazar a mi amada familia. Decidí no decirles a mis padres sobre esto, ya que quería darles una agradable sorpresa antes de las fiestas navideñas.

"Me pregunto que pensaran cuando me vean parada frente a la puerta". Pensé, riendo para mis adentros al imaginar los rostros incrédulos de mis padres al verme. Seguro mi linda prima se asombraría tanto, que hasta se le saldría alguna que otra palabra altisonante sin darse cuenta.

Cuando pensé en Dororo, un recuerdo me llegó de inmediato. Tomé mi amplia bolsa de mano (que más que bolsa, parecía más bien una mochila por su tamaño), y revisé su interior con cierta ansiedad. Sabía que no tenía mucho caso, pues ya había hecho lo mismo al menos unas quince veces antes de partir rumbo al aeropuerto, en París. Sin embargo, sentí la necesidad irrefrenable de hacerlo una vez más.

Removí algunas de mis pertenencias hasta dar con una pequeña caja de madera, la cual envolví con cuidado en una tela para evitar que se maltratara. Una tierna sonrisa apareció en mi rostro al contemplar ese objeto.

"Dororo enloquecerá de alegría cuando vea el contenido de esta caja. Estoy segura de eso... ¡¡ya quiero ver su cara cuando lo haga!!". Mi sonrisa se ensanchó ante esa agradable imagen mental.

Moví mis ojos hacia la ventana. Sin dejar de sonreír, mi vista se perdió en el paisaje del exterior. En ese momento, recuerdo muy bien que desee intensamente que, por alguna razón inexplicable, al taxi le salieran alas para de esa manera poder llegar lo más pronto posible a mi tan extrañado hogar.

 En ese momento, recuerdo muy bien que desee intensamente que, por alguna razón inexplicable, al taxi le salieran alas para de esa manera poder llegar lo más pronto posible a mi tan extrañado hogar

Йой! Нажаль, це зображення не відповідає нашим правилам. Щоб продовжити публікацію, будь ласка, видаліть його або завантажте інше.

En mis diecinueve años de vida que tenía en ese entonces, pocas veces recuerdo haber visto llorar con tanta emoción a mis adorados padres, como lo hicieron ese día ante mi sorpresiva llegada.

Las notas de mi destino [Dororo AU]Where stories live. Discover now