Capitulo 8: Solos tú y yo. (Parte II)

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Ya han pasado tres días… Sin saber nada de mi familia o de mis amigos… Siguiendo la misma rutina, él llega con la comida, yo como, él me observa, luego nos miramos…

—James…

—¿Qué?.

—No puedes tenerme aquí siempre.

Él tragó saliva. —Podría intentarlo.

—No, sabes que no puedes. —suspiré mirando mis esposas.

Hubo un silencio entre ambos, de pronto sentí su mano sobre mi mejilla, acomodó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

—Yo… Lo siento. —se limitó a decir.

—¿Bueno, al menos me dejarías ir al baño? Es horrible, tengo días sin bañarme y apenas me has dejado hablarte. —dije mirándole a los ojos.

Él dudó unos instantes para me desato y me quitó las esposas, antes sólo tenía las esposas pero hice otro intento de escape que no salió para nada bien por lo que él se molestó tanto conmigo que apenas sólo llegaba, dejaba la comida y luego se marchaba.

—No intentes nada. —dijo al terminar de quitarme las ataduras de las piernas y de quitarme las esposas de las manos.

—Oh, créeme no lo haré.

A pesar de las cosas que me había hecho pasar, una parte de mi ya no podía enfadarse con él, estaba exhausta, él me ayudó a levantarme y me guió hasta el baño, me pasó ropa para que me cambiara y yo la tomé.

—¿Puedo preguntarte algo? —dije frunciendo el ceño mientras miraba la ropa.

Me daba algo de pena subir la mirada él es bastante alto pero no era realmente la diferencia de estatura entre nosotros lo que me apenaba, de todas formas yo no soy muy alta sólo mido como 1.62.

—Ya lo hiciste, pero dejaré que me preguntes lo que realmente quieres saber.

—¿Por qué no me has matado?  Sí tanto no me soportas…

Él suspiró impasible. —No tendremos esta conversación. Me costó tiempo tenerte de esta forma, en la que no intentarás nada para volver a escapar aunque aún sigo sin confiar en ti.

—Sí… Supongo que una parte de mí tiene miedo de no volver a saber nada de su familia y amigos. Estoy dispuesta a llegar a un acuerdo sí me dejas ir. —subí la mirada hacia él.

Ambos estábamos de pie frente a la puerta del baño, yo abrazando mi ropa y el solamente mirándome. Suspiré y entré al baño cerrando la puerta tras de mí. Al entrar vi que no había realmente ningún lugar por el que huir, éramos sólo él y yo. Y yo estaba a punto de hacer algo de lo que no me sentiría muy orgullosa, él me parecía muy atractivo aunque eso es algo que no me gustaría admitir. Aunque… Es un loco… pero uno guapo. ¡Oh, vamos, Sarah! ¿Tanto tiempo atrapada con él te ha hecho desearlo? ¡Reacciona, es el mejor amigo de tú padre!

Abrí el grifo y lavé mi cara, tratando de sacarme de mi loca ensoñación… ¿Pero y sí lo que estoy a punto de hacer es mi única opción? Dejé de pensar en ello y empecé a quitarme la ropa, una vez terminé rápidamente me metí en la ducha y comencé a bañarme.

—Estoy esperándote. —escuché a James del otro lado de la puerta.

—Salgo en un momento. —dije aun en la ducha, realmente necesitaba esa ducha.

Una vez terminé tomé la ropa que él me había dado, unos jeans y lo que parecía ser una camiseta suya. Me los puse, los jeans me quedaban bien, eran de mujer pero su camiseta negra (la cual decía Brooklyn al frente) me quedaba holgada. Al abrir la puerta, el me miró de arriba abajo y no pudo evitar reír. Yo fruncí el ceño.

Como conocí al Soldado de Invierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora