Capitulo 21: El rescate.

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Estaba exhausto, había caminado por horas por la Selva busca de Viper, cualquier cosa que pudiese darle una señal de en donde se encontraba su hija. Steve se sentía colérico, no podía evitar pensar en su hija, la idea de pensar que tal vez le pudiese haber pasado algo sólo lo hacía enojarse más. Sí pudiese acabar con 40 hombres con tal de ver a su hija sana y salva no lo pensaría dos veces antes de hacerlo.

Escuchó un ruido venir de unos arbustos, a pesar de haber estado caminando sin parar alrededor de toda la vegetación, no dejaba de pensar en que alguien podría estar esperando por él.

—Hola, viejo amigo. —dijo una voz.

Steve se estremeció, reconociendo la voz que le hablaba volteó para toparse con nada más que su antiguo mejor amigo.

—Bucky... —se limitó a decir este, observándole de reojo.

—No me llames Bucky.

Este se encontraba apuntándole con un arma desde su posición, había avanzado tan sólo algunos pasos hacia él. Steve no podía creer que él de verdad estaba en su contra, y menos que estuviese colaborando con el secuestro de su hija.

Era difícil creer que una vez quien fue su mejor amigo ahora podría ser su peor enemigo.

—¿Por qué demonios haces esto? — e estaba apuntando con un arma desde su posicipdr que solaminando sin parar por el so eñal de en donde se encontraba su hijapreguntó Steve, su quijada se había tensado ligeramente—. Sea lo que sea que quieran de mí, quiero a mi hija lejos de esto.

Sin embargo él no digo nada, sólo continuó observándole por un momento, sus helados ojos azules fijos en Steve, era como si estuviese pensando disparar, pero no lo hacía. Se sentía incapaz de hacerlo.

—Chicos, ya háganlo. —dijo alzando la voz y bajando el arma, no podía dispararle. Ni siquiera intentándolo sabía que no podría.

Fue tomado por sorpresa cuando Steve rápidamente corrió hacia él y le propinó un puñetazo en el rostro haciéndole soltar el arma, justo antes de que aparecieran los soldados que James había estado esperando para entrar en escena.

Él se limpió un poco de la sangre que goteaba de su labio con el pulgar, estaba claramente impresionado nunca le pasó aquello por la mente, Steve no tardó nada en volver a hacer otro intento de golpearlo pero esta vez James estaba alerta, en cuanto Steve alzo su puño para golpearlo lo detuvo con una sola mano y lo acercó hacia él con fuerza para derribarlo en una maniobra de Judo. Al verlo en el suelo James pensó en atacarlo de nuevo pero este ya se estaba incorporando sobre sus pies listo para dar el siguiente golpe, pero fue detenido por dos soldados quienes lo sostuvieron de ambos brazos con fuerza al momento de él levantarse.

—Lo siento, supongo que aquí terminamos. —dijo James dándose la vuelta para marcharse mientras los demás soldados estaban neutralizando a Steve.

Estaba harto lo único que quería hacer era poder largarse de aquel lugar y dejar atrás el hecho de que había golpeado a Steve de aquella forma pero al parecer habló demasiado pronto cuando escuchó varias quejas de los soldados tras él. Se volteó frunciendo el entrecejo por lo que había acabado de ver.

Steve se había conseguido quitar a los dos soldados que le sostenían sin ningún problema y había conseguido quitarle el arma a uno de ellos, de aquellos cinco soldados que habían ido con la misión de neutralizar a Steve, tres de ellos ya habían caído. No tardó en salir corriendo mientras disparaba con su arma, los otros dos estaban recuperándose de los golpes mientras James corría hacia ellos.

«Rayos, nunca pueden hacer nada bien» Pensó fastidiado al acercarse a los dos soldados que aun se encontraban de pie, uno de ellos estaba herido mientras que él otro se encontraba aturdido y con un ojo morado. Dejó a los demás soldados atrás y comenzó a correr tras él, no podía permitirle escapar o llegar hacia su objetivo, no ahora. Podría arruinarlo todo, mientras corría sólo podía pensar en que debía detener a Steve a toda costa, fuese como fuese. La amistad de ambos estaba más que destruida después de todo el tiempo que pasó, él ya no era el mismo, al menos no era por completo la persona que Steve había conocido en los años donde ambos estuvieron enlistados en el ejercito.

Ahora todo era diferente, por el momento tenía una misión; impedir a toda costa que Steve llegara hacia Sarah. A pesar de lo difícil que era recordar que aquella persona había sido su mejor amigo y compañero de batalla, ya no había marcha atrás.

Steve logró desviarse por un camino lleno de arbustos, se había percatado de que James lo seguía pero aquello sólo le incitó a correr más. No podía dejarse atrapar, el deseo de querer ver a su hija sana y salva era mucho más fuerte que cualquier otra cosa en aquel momento. Continuo corriendo insistentemente, ahora acercándose un camino lleno de arboles, Steve trató de correr entre ellos aun sintiendo los pasos de James tras él.

—¡Joder, ya para con esto! —gritó James detrás de él.

Por insistentes que fueron sus palabras, Steve no se detuvo y continuó corriendo, su vista fija en el frente, mientras más corría, más pensaba en donde podría estar su hija. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió que estaba cayendo al suelo. Fue como si la esperanza de ver a su hija de nuevo se escapara de sus manos, cayó contra el suelo mientras su vista comenzaba a nublarse. Observó desde el suelo a James acercándose hacía él e inclinándose para verle mejor.

—Pronto todo tendrá sentido, lo prometo. —fue todo lo que Steve pudo escuchar antes de perder el conocimiento.

(...)

Aun estaba en la prisión, no tenía idea de cuánto tiempo había pasado desde que James estuvo aquí conversando conmigo. Aun estaba aturdida por sus palabras, a pesar de haber escuchado sus palabras, de haberlo tenido tan cerca de mí... Algo me decía que no podía creer en él. Estaba sentada en el suelo de aquella prisión. No entendía porque no podía sacarlo de mi cabeza, él no estaba aquí y sí volvería por mí no era para nada seguro.

Mordí mi labio angustiada por lo que pudiese estar pasando, no había nada que pudiese hacer, algo que pudiese darme la certeza de que todo se resolvería.

"Volveré por ti, lo creas o no. Es una promesa." Sin poder evitarlo, aquellas palabras resonaron en mi mente otra vez.

—Desearía que fuera verdad. —susurré para misma.

Di un respingo cuando sentí que la puerta de la prisión se estaba abriendo, tanto tiempo atrapada ahí me hacia percatarme rápido sobre las cosas.

—Buenos días, querida. —dijo Viper con una sonrisa sínica. —Al parecer alguien vino a tu rescate.

La miré frunciendo el entrecejo mientras me levantaba, a quien menos deseaba ver era a esa perra vestida de verde. Pero lo único que sabía en aquel momento era que las cosas podrían empeorar de una u otra forma.



Como conocí al Soldado de Invierno.Where stories live. Discover now