Prólogo:

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Puedo asegurar que la vida jamás será como nosotros queramos que sea.

Y es demasiado frustrante saber que tú destino ha sido escrito desde que el cielo sabe de tu existencia preparado desde el día cero tú llegada al mundo...

Desde el momento en que nací el destino se encargó de dejarme en claro que "mi vida" sería un dolor de huevos enorme. Mi vida que realmente no es mía en realidad se define con la palabra:  Desastre.

¿A qué me refiero con que mi vida no es mía? 
Pienso que la vida que tenemos no nos pertenece.

Si, la vida  o quién sea quién decida la existencia de cualquier persona que habite en la tierra está aliada con el maldito destino y ellos son los verdaderos dueños de cada cosa que te sucede a lo largo de tu camino en el mundo vacío, porque simplemente todo es un plan muy bien armado.

Puedo decir mi nombre pero supongo que no es tan interesante, a que  me presentaré como  me conocen.

Me llaman : "El jodido  chico loco".

No soy un santo , tampoco pretendo serlo.
No voy a fingir ser algo que no soy, tampoco es como si estuviera orgulloso de  las cagadas que he cometido todo éste tiempo.  La situación en la que vivía me llevó a otra situación más extrema convirtiéndose en la peor de mis pesadillas; la gente comenzó a esparcir  rumores sobre mí y lo que hacía provocando que el vecindario entero omitiera cualquier contacto conmigo.

No iba a rogar por la atención de nadie así me dolieran sus insultos, las miradas despreciables que siempre me acechaban en la calle. Al final de todo yo estaba totalmente pérdido desde el inicio, nunca tendría la salvación. O eso creía hasta que la casa que estaba en renta  desde hace ya cuatro años  fue  rentada por una familia bastante adinerada .
Esta casa estaba justamente a un lado de mi departamento , lo cual  me dió la facilidad  de poder admirar la acción de los nuevos integrantes de la "casona". 

Gente bastante aburrida por cierto.

Estaba a nada de despegar la vista de la ventana cuando noté a una chica de cabello ondulado  de color negro. Vestia con un pantalón negro , una sudadera de un color celeste combinados con unos tenis blancos, intente observar más allá las facciones de su rostro pero me fue imposible dado que estaba de espaldas.

Me encontraba bastante interesado en observar su rostro ,tanto que no me di cuenta que mi madre había encontrado a mi cuarto causándome un susto de muerte. Grité como un maniático al caerme la bola de boliche que Jeremy había traído la noche anterior; mi grito fue tan fuerte que no  me percaté en qué momento aquella chica miró hacía la ventana dónde yo me encontraba  soportando el punzante dolor que se intensificaba cada vez más.  Su mirada fue tan penetrante que la miré fijamente con cara de desprecio, la chica intentó sonreírme a lo que  me terminé comportando como solo yo sabía hacerlo :

Como un completo imbécil.

Le mostré el dedo corazón pero honestamente no me esperaba esa reacción.  Ella sonrió burlonamente e acto seguido hizo exactamente lo que yo le hice hace un segundo.

Me dió una probada de  mi propio chocolate.

Desde ese instante supe que esa chica no era como las demás, por lo menos no como las de por aquí. Inconscientemente se convirtió en un gran descubrimiento que me sentía obligado a averiguar.
Lo peor de todo es que ni siquiera se imaginaba que había provocado algo que yo sabía perfectamente que no estaba bien.

Se convirtió en una verdadera curiosidad y una atracción bastante peligrosa.

Con el pasó  del tiempo  ambos nos acercamos a tal punto de que ninguno conseguía estar alejado del otro, comencé a convivir con ella dándole pequeños regalos.

Regalos que al final fuerón...

"Algo más que simples cartas"

"Algo más que simples cartas"   (TERMINADA)Where stories live. Discover now