Quisiera decir que el chico malhumorado y yo arreglamos el mal entendido al día siguiente.
Lástima que no fue así.
Lo busqué en la preparatoria por todos lados pero nunca apareció. Hace tres semanas que no se nada sobre él, tampoco Jeremy sabe que ha pasado; hemos intentado marcar cientos de veces llevándonos directamente al buzón de voz. Algo no está bien.
-Jery, ¿sabés algo de él?- Jeremy salió de la casa de mi vecino . Yo me encuentro sentada en el patio de mi casa con esperanza de ver a aquel tonto que esta haciendo que me preocupé demasiado.
-No linda,su madre tampoco sabe nada de él.
-Es imposible Jeremy, no pudo haber desaparecido sólo así. - Mi intuición dice que nada está bien, esta vez le creó. Se que él chico malhumorado no está bien.
-¡Mierda! Maldición, esto no puede ser.
-¿Qué pasa Jeremy?- Su semblante se tornó pálido,agarrándose con fuerza la cabeza.
-Soy un completo idiota, ¿cómo no me di cuenta antes? ¡Joder!
-Oye contrólate, ¿qué es lo que está pasando?
-No puedo decirte nada, discúlpame linda. Tengo que irme, te llamó después.
-Oye no te puedes ir así. ¡Jeremy!
El castaño salió corriendo a toda velocidad dejándome confundida por su comportamiento.
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El día pasó demasiado lento.
Dierón las once de la noche sin saber absolutamente nada de Jeremy. Tengo llamadas pérdidas de Anne e Bayron preguntando por los dos locos, no respondí por qué simplemente no se nada.
-¿Pequeña qué haces despierta?
-Mike, algo no está bien.
-Tienes que calmarte, quizá salió de vacaciones o se fue con unos amigos.
-No juegues Mike, el tiempo que lo has estado conociendo debiste darte cuenta que aquí nadie le dirije la palabra por gustó. Esto no está bien, no puedo calmarme.
-Eve, descansa. -Paso por lado sentándose en la cama-Ven acuestate, te cuidaré como cuando eras pequeña. Si Jeremy llama al celular te despierto en seguida.
-Júralo,Mike.
-Lo juró pequeña.
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No se en que momento me dormí, desperté con Mike a mi lado sentado en una silla dormido con baba sobre su boca. Es asqueroso.
Revise mi celular.
Ninguna señal de Jeremy; me levanté de la cama colocando mis pantuflas de conejo (puede que sea un poco infantil todavía). Coloqué un cojín sobre la cabeza de mi hermano y una cobija sobre su cuerpo antes de salir por un vaso de agua a la cocina; recorrí por último la cortina de la ventana para que no le pegara la luz de la farola en la cara a Mike, una sombra llamó mi atención pero decidí dejarlo pasar. Brinque para desatorar la cortina de la persiana, alcance a ver qué la sombra se movía con lentitud.
Bueno, no quería hacerlo pero lo haré.
Salí al balcón, en cuánto lo ví el corazón se me cayó al suelo; tapé mi boca callando el gritó desgarrador que quemaba mi interior. Apresuradamente salí de mi cuarto buscando la salida,el frío suelo calo los huesos de mis pies desnudos.
Ahí estaba él...
Su rostro tiene varios hematomas, sangre escurre por la comisura de sus labios, ambos brazos presionarón con fuerza su abdomen; levantó la vista encontrandome, después de tres semanas de no saber nada de él volví a ver esos ojos que tanto me gustan, tan solo paso un segundo e cayó de golpe al suelo.
-¡No! - Corrí hasta él poniendo mís manos sobre su cabeza.
-Eve...line - se esforzó en sonreír.
-¿Qué te pasó?- Si llorar te hace débil entonces hoy afirmo que mi debilidad es él. Las lágrimas humedecierón mi rostro; quitó una mano de su abdomen dejándome ver que tenía sangre en ellas, colocó su mano sobre mis mejillas borrando el rastro de las lágrimas.- Mi chico loco, tenemos que ir al hospital.
-No, estoy bien. Tranquila ya pasará.
-No estás bien. Estas demasia frío, voy a llamar a una ambulancia- me levanté en busca de mi celular. Sostuvo mi pierna impidiendome dar un sólo pasó- ¡No voy a dejarte aquí, vas a salir de esto!
-Teo...mi, mi nombre es Teo Vandort Evans.- su voz fue un susurro antes de que cerrara los ojos.
-No,no, despiera tonto. ¡Mike!- mi garganta ardió con él grito desesperante en busca de ayuda. Gracias al cielo que mi hermano lo escuchó y salió.
-¿Qué...?- Salió de casa molesto por haberlo despertado, en cuanto me notó sentada con la cabeza de Teo en mis rodillas su semblante cambió por un estado de shock.
