CAPÍTULO 28

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La noche se reveló distinta en la cabeza de Lucas y se mareó un poco cuando traspasó esa visión que solo en su interior tuvo razón de ser

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La noche se reveló distinta en la cabeza de Lucas y se mareó un poco cuando traspasó esa visión que solo en su interior tuvo razón de ser. Aunque en tal acto se inmiscuyeron dos personas más: su papá, poniéndole la base de los escenarios que miraría a continuación, y Váitrex, permitiendo que todo ese espectáculo ocurriera.

Sin preocuparse por Afnes, que estaba bajo amenaza de ser apagado por Reynaldo con su control, Lucas se dejó hundir en una oscuridad parcial, bien acompañada de luces artificiales que dejaban medio alumbrado el cuarto de hospital en donde se encontraba ahora. Ahí, miraba a dos siluetas enfrascadas en una conversación.

«―Yo solo quiero demostrar que ellos me crearon sin darse cuenta de que le dieron vida a algo ―rogó un enternecido robot que no aparentaba ser el que se estaba batiendo a muerte hace unos momentos contra un híbrido extraterrestre―. ¡Tú no tienes idea de lo que es ser tratado como si fuera una pieza más de su elaborado rompecabezas en donde salgo perdiendo yo siempre!».

«―No sé si creerte ―le respondió un Reynaldo joven y sin barba descuidada, con el pesar de su llanto provocado por el sufrimiento de un hijo de alguien más».

«―Déjame mostrártelo ―suplicó Afnes sin quebrarse, pero con verdadero ímpetu, casi dándole credibilidad a sus palabras humanizadas―. Puedo ayudarlo. Mi organismo no es solo metal duro y frío. En el interior hay una energía pura que puede dar vida, y que por supuesto ellos no repararon en ver cómo la dejaban atrapada en este cascarón».

«―No puedo arriesgarme con eso. Eso que dices que eres tú que te convierte en un ser vivo real y no solo en una máquina, es muy agresivo y nunca he visto que puedas controlarlo».

«―¿Vas a dejar entonces que esté conectado a esos aparatos por el resto de su vida? ¿Que tarde o temprano te encuentren por exponerte en un hospital público? Reynaldo, yo podría curarlo. Esta energía que todo el mundo teme es la energía del deseo contenido, capaz de despertar el cuerpo de cualquier ser vivo y obligarlo a andar. Obligarlo a vivir, a despertar. No hay ninguna medicina actual que te pueda ayudar a hacer eso... Con el tiempo, cuando esto funcione y reaccione poco a poco, él mismo con su voluntad rechazará mi consciencia... Y yo volveré a este caparazón al que me obligaron a permanecer».

«―Si es así, ¿por qué quieres hacerlo de todas formas si igual sabes cómo acabará?».

«―Porque, para cuando suceda, habré conseguido convencer a alguien de la verdad. De mí verdad. Yo solo te pido que cuando estés convencido de lo que soy, me ayudes a conseguir salir de este encierro. ¡Por favor!».

Reynaldo intentaba desacelerar a las peticiones agresivas de Afnes, pues entre que este le metía ímpetu a conseguir lo que quería, cuidaba que nadie entrara de improviso a esa habitación solitaria del hospital donde se encontraba un Aarón apenas y nacido, adherido a la vida que los aparatos médicos le proporcionaban.

Gárdeom: El legado de las estrellasWhere stories live. Discover now