14. ¿A qué hora nací?

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Honne.

—Entonces, ¿Qué hiciste con ella? —cuestionó Vero.

—La cogí —admití apenada—. los humanos cometemos errores, mi defensa es muy linda.

—Concuerdo, es irresistible —cerró su laptop—. cógela y déjala por allá, que la gata no ensucie la oficina.

—Disculpa, no tiene niñera. Por cierto, tienes que dejar de usar modismos españoles, al menos cuando estemos en público que "coger" un animal es indecente.

Inspeccioné la revista digital para la cual hicimos unas fotos antes de viajar con Mar, podríamos ser polos opuestos, pero la química en como acariciaba mi mejilla o la naturaleza mía de sostenerla era bastante creíble.

Sirvió otra taza de café, era tarde y la acompañaba en lo que el editor respondía así no muere de nervios, a Verónica solo le importaban tres cosas en esta vida: Ella misma, su trabajo y que no le rompan las pelotas.

—Háblame de ti —me ofreció un bocadillo—. sé que hiciste la sesión de fotos con Astrohada en la revista musical, que grabaste el video y que estás en tu mejor momento ¿Qué tal?

—Horrendo —suspiré— llevo tres meses sin tocar un ser humano.

—¡Honne! —por poco escupió su comida de la risa—. Eso es mucho tiempo.

Asentí, en nuestros años trabajando juntas nos hicimos amigas íntimas, demasiado cercanas sin pudor a contarnos nada. Supuse que también tuvo que ver que nos conocimos en un club subido de tono y esos locales donde daban panchos gratis.

—Es que por el contrato ver a otras personas es lejano, con quienes estaba saliendo me dejaron de hablar —expliqué desanimada, hundiéndome en su sofá—. aunque da igual, con lo que ganó pronto podré ir a Europa a conseguir novia y novio millonarios.

—Querrás decir novia o novio.

—No, me expresé bien.

—Madre mía —bebió un largo trago—. me hace gracia que haya gente que crea que eso es actuado de ti, de igual manera, despreocúpate, de seguro el tiempo del contrato se te pasará volando.

Joder, estoy en mis años más cogibles y solo me cogen las desgracias.

Jugueteé con mis dedos ansiosa, quería preguntarle cosas igual, no obstante ella estaba tan concentrada y tensa que me dio pena. Por fortuna mis ganas de chisme siempre eran más grandes que mis ganas de tener decencia humana.

Mientras ella conducía, me hice bolita en el asiento trasero, probablemente hubiera fans por las calles con los que no me quise topar en mi tiempo libre. Aunque los ame, era difícil vivir sin poder separar tu libertad de tu trabajo, no importaba donde estuviera, tendría que fingir.

Me quedé leyendo un fanfic sobre nosotras donde éramos princesas con magia hasta que, desde una de las cuentas fandom en mi poder, una amiga me etiquetó en un comentario viendo que había una nueva novedad, cosa extraña ya que no recordé subir nada.

Un video mio bailando se filtró.

El teléfono se me resbaló cayendo sobre mis pechos y rebotando hasta el suelo, lo tomé apresurada.

En la grabación estaba con un amigo, en una fiesta mientras Julieto Santos sonaba de fondo, era de varios años atrás y ni idea de cómo apareció, solo que tuvo más de 20 millones de vistas en tiktok. El editor mostraba luego a alguien cayendo al suelo con corazones de fondo mientras lo pisaba.

Quisiera decir que no me quedé viéndome a mí misma por minutos, pero lo hice, si Dios me dio esa facha de otro planeta al menos debería admirarla. Finalmente, entré a la sección de comentarios.

Si ellos supieranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora