Mar tiene que fingir una relación con la chica que detesta, pero lo único que parece odiar más es no poder besarla.
*🔮*
Debido a una mala jugada de Marketing, la joven promesa de la música y una modelo en su despegue editorial deben fingir ser nov...
Primero que nada, me complace informarles que la historia terminará el 14 de febrero. Este es uno de sus últimos capítulos así que a chillar en los comentarios.
Segundo, quise hacer algo romántico y se volvió hot. En mi defensa Mar y Honne tienen Marte en domicilio.
Tercero, el que no comente no está invitado a la boda.
Fanart de MoonPal
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Honne.
Creo que me rechazó.
O no entendió mi propuesta, pero no me dio un sí. No pasa nada, hay que seguir intentando.
Luka dijo que se quedaría en el país porque no tenía a dónde ir, aunque ambas lo vimos muy metido en su teléfono o mandando audios a una desconocida así que nos alegramos un poco por él. Marina no lo dejó solo hasta asegurarse que estuviera seguro, le di el numero de la psicóloga, de mi familia, el de la empresa de James y de Nerea para que tuviera compañía.
Le pedí a Mar que fuéramos a visitar a mis padres, más que aceptar, me obligó a ir. Haciendo chistes sobre que mi madre le parece una mujer preciosa y que si no era mi novia sería mi madrastra.
Le cobré su humor tonto en el auto, pero ese es otro cuento. Empiezo a creer que tenemos un fetiche con los autos.
Mi familia estuvo encantada con que llegáramos, pedí por mensaje que no sacaran el tema de mis problemas cardiacos en la comida. Les expliqué los resultados de los exámenes, estoy bastante saludable mientras no me muera.
Nos acomodamos en la mesa, mi abuela ya estaba muy callada por lo que sospeché lo peor. Mis padres llegaron unos minutos después con distintos tipos de carnes, le di a Mar una silla un poco más alta a las demás sin que se diera cuenta para que no le dolieran los brazos.
—¿Les gusta? —preguntó mi padre—. Lo hice yo mismo, es que tengo alma de chef. —fanfarroneó.
Mar se elevó para asentir, aunque fue interrumpida.
—Nadie te preguntó, Mauricio. —lo regañó abuela.
—Está rico. —respondió mi novia.
—Mentira, aún no diste ni un bocado —la expuse—. no le mientan a mi papá, ya es suficientemente engreído.
—Todos los argentinos, ¿No? —dijo Mar sin prestar atención a su alrededor.
Una vez darse cuenta de su error levantó la cabeza a vernos como si fuera parte de una película de terror. Estallé en una carcajada.
—¡No quería decir eso! Era un chiste, ¡Es un decir!
—Qué irrespetuosa —ironicé—, por ejemplo, ¿Yo? ¿Engreída? Jamás, soy la persona más humilde del mundo.
—Ay Dios —se tapó el rostro con la manos—. es un meme en Internet. Yo no pienso eso, yo no pienso mucho en general.
—Dejala en paz. —pidió mi padre, al parecer ya le agarró cariño.