Sensaciones

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Estaba dudando entre si subir a su apartamento, vestirse y bajar para practicar una rutina o si quedarse a seguir escuchando las bromas estúpidas de aquel grupo de ancianos; claramente optó por la primera opción. Minutos después bajó con una camisa negra de tirantes y un pans gris. Katsuki no tenía ni idea de cómo calmar su enojo, porque ingenuamente consideraba que se trataba de eso, por ese motivo, creyó que el dar vueltas y hacer miles de acrobacias sobre la barra metálica era buena idea.

El rojo de su rostro y la adrenalina que corría por su cuerpo; agitando su corazón, lo relacionaba indudablemente con su enojo, no había otra explicación para él. Estaba "enojado" por aquella muestra de aparente bondad del oficial, por como había osado tratarlo como un niño y pretender entenderlo o verlo con misericordia, estaba "enojado" por como había logrado sacarle un pedazo de su alma con solo su toque y una mirada cargada de emociones a las que no podía ponerle nombre.

Ensimismado en sus pensamientos y sin ver al frente, chocó contra una densa nube de perfume, y un solo nombre llegó a su mente cuando percibió el profundo aroma dulce. Refunfuñó y alzó la mirada. Una joven de aproximadamente su edad; de cabellos castaño claro, ojos café y grandes labios se paró frente a él, saludándolo con ímpetu mientras el pasaba de largo.

–¿Qué mierda quieres labios grandes? —Dijo al fin, subiendo a una plataforma vacía bajo la mirada divertida de su compañera.

–No es nada, solo estoy curiosa de saber porque un hombre te cargaba a una de las habitaciones privadas —Cuestionó con voz sugerente, aumentando su "enojo" y poniendo su rostro más rojo.

Su mente se quedó bloqueada y su boca enmudeció al no saber como explicarse, aunque estaba cansado de tener que hacerlo, el rendirle cuentas a la gente por situaciones que no les concernían era agotador. Ya era suficiente con lo exageradamente expuesto que se había puesto frente al oficial, decirle algo tan intimo y que pocas personas sabían era vergonzoso para su propia alma.

Y Katsuki lo colgaría apenas atravesara la puerta del elevador por eso mismo

Ignoró por completo la pregunta de su compañera, tomando con firmeza la barra y balanceándose; siempre tratando de ver de reojo a la mujer. No cedería, simplemente no podía; su orgullo se iba en eso, pues a pesar de las cosas que también compartía con ella, no se podía tomar el lujo de exponerse más a si mismo, ni siquiera al idiota de pecas.

Cuando le mencionó a Kirishima sobre cómo Dea sabía de los (pocos) encuentros con Deku, notó de inmediato como el peli-verde había hecho una mueca, pero no era para menos, e incluso la mencionada lo había regañado por decirle sin consultarlo con el pecoso. Pues para esto, Katsuki había tenido la audacia de contarle todo y con lujo de detalle.

No diría más, nadie más lo sabría, pues a esas alturas recién comenzaba a entender hasta que punto era cuestionable su relación. Y aún así, no lo comprendía del todo; así como la reacción de quienes lo rodeaban. Las cosas no fueron tan distintas cuando en clase planteo esa situación "hipotética", escuchando como muchos de los tarados que tenía como compañeros sobre reaccionaban a sus palabras, recalcando que quien sea que cediese a tal acuerdo era un completo idiota.

Y se sintió ofendido.

No podía replicar, por lo que a penas escuchó sus respuestas se hizo de oídos sordos. Al carajo lo que pensaran, ¡Él se hallaba de mil maravillas! Y si, eso era suficiente para él.

–Supongo que no te molestará si voy tras él ¿Verdad? Parece estar bien dotado —Cuestionó la chica con sus codos recargados en la plataforma y su mentón sobre sus manos, dándole una sonrisa altanera; aunque era imposible que la viese con tantas vueltas.

O K T H Â [DekuKatsu]Where stories live. Discover now