━ 𝐔𝗇𝗈.

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Aunque ya habían pasado más de tres días desde aquel suceso, seguía sintiéndose atormentado por el hecho de que cada vez que veía a Renjun caminar pacíficamente por los pasillos de la escuela con unos libros entre sus brazos e inconcientemente su mirada bajaba hacia los belfos del chino recordaba ese día con claridad, haciendo que la piel se le erizara y una mueca de desagrado se posara en su rostro. Mueca que Renjun no pasaba desapercibida, claro está.

Pero lo más raro de todo es que ahora que sabía de la existencia de Renjun se lo topaba todos los días cuando antes ni siquiera notaba su presencia, o tal vez es porque ahora que lo "conocía" es que se daba cuenta de su existencia.

La razón era lo de menos. Solo quería, no, deseaba que ese recuerdo se esfumara de su cabeza de una vez por todas.

Imposible.

¿Cómo iba a lograrlo si ahora Renjun estaba en todos los lugares a los que iba?

Se supone que el receso es la hora en la que puede relajarse por completo, despejar su mente y pasar tiempo con sus amigos. Entonces, ¿por qué el no-bienvenido-Huang estaba sentado en la misma mesa que sus amigos y él, como si fuera otro más del grupo?

— Mi papá quiere que estudie derechos.

— Una mierda, es lo más jodidamente aburrido que puede existir.

Solo cuando decidió no pensar más en ello es que se dio cuenta de que YangYang ahora hablaba sobre lo que su padre tenía planeado para su futuro y Déjùn daba su opinión sobre ello.

En primer lugar, ¿por qué hablaban de ello?

— Prefiero arquitectura. — continuó YangYang, llevándose una cucharada de su comida con el ceño notablemente fruncido.

— Jeno, ¿qué piensas seguir cuando ingresemos a la Universidad? — preguntó un Jaemin curioso.

Ahora tenía toda la atención del resto sobre él «claro, a excepción de Renjun» y no pudo hacer más que responder.

— No sé, no lo había pensado hasta este momento. — respondió con sinceridad mientras se llevaba su botella de agua a la boca para dar un sorbo.

Nadie dijo nada, de hecho, se esperaban algo parecido. Jeno parecía ser del tipo de persona que no piensa en el futuro, solo vive en el presente y que ocurra lo que tenga que ocurrir. Tampoco es que le interesara mucho pensar en ello ya que, según él, hacerlo le daba tremendo dolor de cabeza. Prefería no irritarse por nimiedades.

— Bueeeno. — su rubio amigo ahora dirigió su atención a Huang. — ¿Qué es lo que tienes pensado para tu futuro, Injunie?

Renjun dejó de hacer lo que parecía ser más entretenido que toda la conversación, mirando al que le preguntó aquello, pensando un poco antes de responder.

— Medicina.

La respuesta pareció sorprender a todos los presentes en la mesa, ahora la conversación se trataba de Renjun y su brillante futuro como doctor, pero Jeno no estaba del todo interesado en saber más del nuevo integrante así que tan pronto como terminó su almuerzo abandonó la mesa pero nadie se había dado cuenta de su ausencia, al menos hasta que la campana sonó y no lo vieron por ningún lado.

La respuesta pareció sorprender a todos los presentes en la mesa, ahora la conversación se trataba de Renjun y su brillante futuro como doctor, pero Jeno no estaba del todo interesado en saber más del nuevo integrante así que tan pronto como termi...

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Como si sus plegarias hubieran sido escuchadas por los mismísimos dioses, finalmente la jornada había terminado, aunque no estaba del todo feliz como que digamos puesto que la semana de exámenes estaba a la vuelta de la esquina y tendría que estudiar arduamente si no quería que sus progenitores se enojaran por sacar bajas notas. Es por eso que esa misma tarde estudiaría con Jaemin en la casa del recientemente mencionado, aunque muy seguramente «conociendo lo distraídos que ambos son» terminarían jugando algún que otro videojuego en la consola de Jaemin como siempre ocurría.

Es por eso que ahora Lee se encontraba esperándolo en la entrada de la escuela, buscándolo con la mirada puesto que Jaemin ya había tardado varios minutos en llegar. A Jeno no le gustaba esperar.

Bueno, ¿a quién en su sano juicio le gusta?

Bien, era suficiente. Estuvo a punto de irse pero de pronto lo vio caminando hacia su dirección y, oh, al parecer traía compañía pero no lograba divisar bien quién era. Claro, hasta que estuvieron lo suficientemente cerca de Jeno para ver que el que lo acompañaba era nada más ni nada menos que Huang Renjun.

Jaemin iba en serio con lo de "esta vez sí estudiaremos y no nos vamos a desconcentrar con nada", porque Huang era un cerebrito, un sabelotodo y todo aquel que lo conocía sabía que cuando se trataba de estudiar Renjun era peor que un maestro; más estricto y severo.

Tal vez estaba exagerando un poco pero se asemejaba.

— Entonces, Jaemin; llegamos a tu casa, estudiamos durante dos horas seguidas, tenemos un descanso de cinco minutos, volvemos a estudiar una hora más y cada uno a su casa.

Jeno frunció el ceño y chasqueó la lengua. Estaba enojado, Renjun ni siquiera lo había mirado y eso lo molestaba. El chino simplemente pasaba de su sola existencia, y Lee no soportaba que lo ignoraran tan olímpicamente. En primer lugar, ¿por qué se molestaba por ello? No es como si Jeno quisiera la atención de Renjun. No, claro que no.

— Sí. — afirmó el de bonita sonrisa, abrazando a Renjun y Jeno de los hombros. — ¡Vamos ya que el tiempo es oro!

Y en segundo lugar, ¿por qué tenía que encontrarse con Renjun donde sea que vaya? O, mejor dicho, ¿por qué Renjun iba a donde sea que él fuera?

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H𝗘 I𝗦 N𝗢T 𝗚A𝗬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora