━ 𝐓𝗋𝖾𝗌.

1.8K 211 19
                                    

No lograba entender aún el porqué decidió que sería mejor ir a ver su celular olvidado en la casa de Jeno, pero ahí estaba, frente a la puerta de la persona que ya no podía mirar ni un segundo a los ojos porque los nervios lo invadían por completo.

Pudo sencillamente haber llamado a su celular para pedirle que se encontraran en un lugar y así el aparato electrónico regresara a sus manos, pero no, actuó tan inconsientemente que recién se había dado cuenta de su error y ahora se lamentaba, pero ya no podía irse, no después de ya haber tocado la puerta de madera con los nudillos de su mano unas tres veces. No recibió respuesta al instante así que llegó a la conclusión de que quizás no haya nadie en su casa y por una parte se sintió aliviado, pero por otro lado era todo lo contrario. Necesitaba su celular ese día ya que tenía algunas cosas de suma importancia en él.

Suspiró rendido, pensando en que sería bueno regresar más tarde pero una voz del otro lado junto con la puerta siendo abierta lo hizo detenerse. Una mujer de unos cuantos centímetros más alto que él se asomó con una cola de caballo mal hecha y ropa casual, llevaba unos lentes y parecía algo cansada.

Se inclinó un poco hacia adelante, haciendo una reverencia y limpió el sudor de sus manos en la tela de su pantalón. — ¿Jeno se encuentra en casa? — preguntó, mordiéndose el carrillo de la boca.

— ¿Por qué tendría que decirte eso?

Renjun la miró unos segundos antes de desviar la mirada y por un momento se sintió pequeño; no por su altura, sino por su penetrante y aterradora mirada que solo lo hacía querer salir corriendo del lugar.

La mujer de alta estatura estalló a carcajadas y Huang no pudo quedar más desorientando, sin entender nada de lo que pasaba.

— Es broma. — habló ella una vez dejó de reír, regalándole esta vez una pequeña sonrisa que tranquilizó un poco al más bajo. — Jeno vendrá después, puedes pasar y esperarlo en la sala hasta que regrese.

— No, está bien. Es solo que olvidé mi celular en su habitación la vez que vine a estudiar aquí. — hubo un pequeño silencio que lo hizo jugar inquietamente con sus dedos. — ¿Lo podría tener de vuelta, por favor?

La que deducía era la hermana de Lee por el cierto parecido que tenían se cruzó de brazos y se apoyó en el umbral de la puerta. — Bueno... no tendría problema con ello pero...

¿Pero? ¿Por qué había un pero?

— Sucede que Jeno deja su habitación con seguro. No entiendo cuál es el motivo, razón o circunstancia pero siempre lo hace.

Oh, ahí estaba la respuesta.

Bien, estaba jodido, muy jodido.

— Entiendo... — asintió un par de veces, sin saber qué hacer o qué más decir.

— Puedes esperarlo, de seguro regresa en unos minutos más. — ofreció la castaña, mas Renjun aún seguía dudando en si hacerlo.

Podía pedirle a Jaemin que le ayudara con ello, y claro que lo hizo, pero no obtenía respuesta del menor desde hace un par de horas. Quizá ahora no sea muy diferente.

No le quedó de otra más que aceptar, además, sería rápido, ¿no? Pedirle por su celular, tomarlo e irse lo más rápido. No tenía que hablar con Jeno ni mucho menos quedarse por demasiado tiempo.

Entró finalmente con algo de recelo, observando cada pequeño detalle de la casa. La última vez que fue no se enfocó tanto en ello, pues solo llegaron y fueron al cuarto de Jeno que recordaba perfectamente dónde era porque ahora se encontraba mirando hacia el pasillo que daba a la única habitación en la que había estado el día anterior, mismo pasillo en el que se perdió la castaña después de decirle que podía esperar sentado viendo televisión y que si necesitaba algo que la llamase o que podía ir libremente a la cocina para buscar algo de beber o de comer. Algo que lo sorprendió, pues parecía como si la muchacha le tuviera algo así como confianza. Cualquiera en su lugar estaría al pendiente, pues Renjun es alguien que apenas y conoce y ya le estaba dando tal libertad.

Aún así, Renjun en ningún momento se movió de su sitio durante mucho tiempo hasta que finalmente «y para su buena suerte» Jeno había llegado después de quién sabe cuántos minutos. Pero eso no importaba, al fin estaba él en su casa y Renjun podría recuperar su movil para poder marcharse de allí de una buena vez, ya había perdido mucho tiempo.

— Lee.

Ahí fue que Jeno se dio cuenta de la presencia de Huang, haciéndolo asustar pero más que eso dejándolo confundido y curioso por la "visita" del chino.

— ¿Qué?

— Te llamé por tu apellido. — Renjun se acercó hacia el pelinegro, quedándose quieto a unos pasos de distancia. Lo suficientemente alejado como para mantener la calma.

— Eso lo sé, me refiero a que qué haces aquí, no entiendo.

— Mi celular.

Jeno siguió sin comprender lo que ocasionó que Renjun pusiera los ojos en blanco.

— Olvidé mi celular en tu habitación, ¿no lo viste acaso?

Al fin Jeno comprendía lo que sucedía por lo que rápidamente caminó hasta su cuarto, comenzando a buscar el objeto por el que el cerebrito estaba en su hogar. Logró hallarlo debajo de la cama y se preguntó cómo carajos llegó allí aunque obviamente no le daría muchas vueltas al asunto, no era algo que le interesara de todos modos. Cuando Renjun obtuvo lo que tanto quería en sus manos finalmente, solo agradeció, pasando por un lado de el azabache aunque siendo detenido abruptamente por la mano ajena.

Regresó la vista hacia el agarre en su muñeca y luego hacia el rostro de Jeno, como si estuviera tratando de comprender por qué él había hecho eso. Y es que no era tonto, sabía que la actitud del contrario cuando estaban juntos no era normal, eso lo demostró innumerables veces, mas nunca se atrevía a preguntárselo directamente y solo prefería evitar el tema. Pero cuando vio cómo Lee agachaba la cabeza y miraba a un punto fijo en el suelo comprendió que tal vez todo eran ideas suyas y que el que actuaba extraño era él mismo.

Los cordones de sus zapatos estaban desamarrados y Lee Jeno se lo advirtió antes de que tropezara con los mismos. Así, después de pasar por la que fue la situación más bochornosa, se retiró sin más; con la pena y vergüenza de haber sacado conclusiones tan apresuradamente.

𔒱

Utilicé a Heo Yoorim (Aisha) de Everglow como la hermana de Jeno

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Utilicé a Heo Yoorim (Aisha) de Everglow como la hermana de Jeno.

Sé que no tienen ningún parecido pero digamos que sí.

H𝗘 I𝗦 N𝗢T 𝗚A𝗬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora