Rania e Ikuto

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Al amanecer del día siguiente, me escapé y fui al hotel con el sobre.Todas me recibieron alegres pero me preguntaron algo preocupadas:

-¿Por qué escapaste del hospital con lo que pasó anoche?

Me asombré al oir esas palabras porque pensaba que no sabían nada. Pero aún así les enseñé el sobre.

-Ya me imaginaba que esto ocurriría. -Dijo Coyta entrando por la puerta.

-¿Dónde estabas? -preguntó Seira.

-Pues habían abierto una nueva tienda de ropa y... -contestó ella.

-Nunca cambiaras. -rió Seira. -Por cierto, Lucía y Kairen están con sus novios así que tardarán en venir.

En ese momento las dos entraron. Coyta la miró algo pícara y sonreía mientras le daba codazos.

-Ya, ya. Acabo de tragarme mis propias palabras. -murmuró Seira algo avergonzada.

Yo me acerqué a Lucía y Kairen algo nerviosa y les di la carta. La abrieron y cuando empezaron a leerla, se les notó un gesto de preocupación. Kairen le dio la carta a Lucía y dijo seria:

-Es esta noche. Quedamos al atardecer. Vamos a ir todas y contaremos lo sucedido. Es lo mejor. Ahora tienes que volver al hospital. Ahí te pondrás mejor.

Les dejé el sobre y me fui. No iba a volver al hospital porque es un sitio aburrido y deprimente.

Estaba paseando por un jardín cercano al hospital cuando decidí sentarme en uno de los pocos bancos que había. Me quedé un buen rato sentada mientras miraba cómo pasaban personas alegremente, parejas cogidas de la mano, niños corriendo... Empezaba a sentirme algo triste y sola. Empezaba a aburrirme de la vida que tenía y de cómo todos se divierten menos yo.

-Es curioso que siempre nos encontremos. -dijo una voz.

Me giré y ví que era Ikuto que con una mano sostenía un pequeño caballete y con la otra se acariciaba el pelo algo tímido. No se muy bien por que, pero verle me alegró.

-¿Ya te encuentras mejor? -preguntó. -¿Ya te han dejado salir?

Saqué una sonrisa pícara y siguió hablando:

-Veo que no. Deverías volver. Puede que no te guste estar ahi pero es la única forma de que te mejores.

-No se por qué pero presiento que no mejoraré, y si lo hago, será temporalmente. -pensé.

-Vamos. Te acompaño. -se ofreció él.

Empezó a caminar en dirección al hospital sin mirar ningún momento hacia atrás. Creo que sospechaba que le seguiría. Y así fue. No quería quedarme atrás, me lebanté y me puse a su lado.

Una vez en el hospital, entramos. Dos enfermeros me vieron y empezaron a preguntarme:

-Señorita. ¿Por qué abandonó el hospital? Eso es una gran imprudencia. ¿Y si le hubiese ocurrido algo malo?

No quise responderles(y aunque pudiese no lo haría) y los ignoré dándoles la espalda.

-Vamos. Nadie puede vivir encerrado. -me defendió Ikuto. -Además. Ha estado conmigo, y si le ocurriese algo la traería aquí lo más rápido posible. Y tampoco ha ido muy lejos.

Los enfermeros no le dijeron nada y finalizó la conversación dicíendoles:

-Ya la acompaño yo a su habitación.

Tras decir eso, empezó a empujarme por la espalda para que empezase a caminar cada vez más rápido y alejarnos de ellos.

Entramos en mi habitación. Yo me senté en la cama e Ikuto(no se cómo así)  corrió la cortina del balcón que había en mi habitación con vistas al mar. Y se apoyó en la pared. Ya eran las 14:15 y me pregunta:

-Tengo hambre. Voy a por algo de comida. ¿Tu quieres?

Ignoré la pregunta y me tumbé sobre la cama mirando al techo.

-Bueno. -siguió. -Yo si así que me voy.

Cerró la puerta y un gran silencio llegó a la habitación. Me quedé unos segundos inmóvil. Pensativa y rápidamente me lebanté. Me acerqué al espejo que había al fondo de la habitación y me miré: Una chica delgada, de piel algo blanca, con ojos verdes pizarra al igual que el pelo. Largo y liso. Vestía una falda negra con vuelo y una camisa verde oscuro de mangas hasta el codo y con los hombros descubiertos. Botines con tacón negros de tercio pelo y una gargantilla negra de encaje.

Me quedé mirándome en el espejo mientras pensaba:

-¿Por qué a mí? ¿Por qué tengo que sufrir tanto? Estos dos años han sido una pesadilla. Quiero huir pero no se cómo ni a dónde. Quiero volver a mi antigua vida como una simple humana pero nisiquiera puedo recordarla. Y además esto.

Empecé a quitarme la gargantilla y vi el vendaje en mi garganta. Le dí un golpe al espejo, pero no lo suficientemente fuerte como para romperlo mientras me decía a mí misma:

-Das asco.

Saqué mi colgante y me tumbé de lado en el suelo. Me quedé mirándolo. Me sentía aburrida y triste. Me sentía inútil y prisionera.

Escuché que la puerta se abria y me senté en el suelo en frente del espejo girando mi cabeza hacia la puerta. Ví que era Ikuto. Creo que pensó que me ocurrió algo malo y se acercó rápidamente hacia donde yo estaba pero yo fui más rápida y me lebanté antes de que él llegase. Nos miramos y vió mi vendaje.

-¿Qué te pasó? -preguntó serio.

Al oir esas palabras, toqué mi garganta y sentí las vendas. Giré mi cabeza bruscamente en dirección al espejo y la ví junto al colgante. Avergonzada, intentaba taparme la garganta con el pelo y empecé a empujarlo hasta la puerta donde se detubo. Intentaba echarlo de la habitación llena de rabia pero no mendejaba. Me agarró de la cintura, empujándome hacia él y me besó. Ese beso no lo disfruté pero sentia que ya me habían besado antes de la misma manera. Eso, me enfadó más todavía y conseguí empujarlo hasta el pasillo. Cerré  la puerta de un golpe y le puse el pestillo.

-¡Oye Rania! -gritaba mientras golpeaba la puerta.

Creo que también dijo algo en voz muy baja, tanto que ni pude escuchar lo que dijo. La puerta dejó de sonar y yo estaba llorando y apretando la gargantilla y el colgante con rabia.

-Abre la puerta. -dijo Ikuto. -No me iré hasta que hablemos.

-No nada de que hablar. -pensé. -Si no te vas, tendré que buscar otra forma de salir.

Miré por el balcón y ya estaba atardeciendo. Había llegado la hora acordada pero Ikuto no se había ido. Mi única opción era saltar por el balcón. Había hecho los cálculos aunque fueron a ojo. Caería en el mar. Ya que se encontraba debajo del balcón. Me quedé mirando el paisaje y me lancé. Afortunadamente, todo salió como lo había planeado y me reuní con las demás.

___________NARRA IKUTO____________
La puerta se abrió y ví la ventana abierta. Me imaginé que saltó por el balcón y murmuré:

-Perdón por todo. Princesa.

*Hola a todos!! Queria decirles que la foto fue un error. me equivique. Va episodios más a delante. perdon. Y me gustaria saber que les parece mi historia y sujerencias. Gracias por leerla*

MELODÍA DE SIRENAWhere stories live. Discover now