Maestro Shin

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Empezamos a avanzar por una larga cueva. Al fiinal, Había un palacio hindú rojo y negro.

Al entrar apareció el dueño, nos recibió con una poose algo peculiar: Piernas separadas pero rectas, la mano izquierda cogiendo el lado izquierdo de su cintura y con la otra mano arreglandose el pelo.

Me vió y parece que mostró interés por mi.

-Maestro Shin, quí tiene la princesa sirena del Atlántico Norte. -Dijo una diablesa.

-Maestro, ¿le quitará su perla y la encerrará como a las demás? ji,ji -Dijo la otra diablesa.

Yo ignoraba la conversación. No podía dejar de mirar a aquel chico que llamaban Shin, no por miedo sino por curiosidad. No entendía. El era el enemigo pero no quería atacarle.

-Yo me encargaré personalmente de la princesa sirena. -Dijo Shin, me cogió de la mano y me alejó de las diablesas. 

No sabía que se proponía pero no pensaba que me hiciese algo malo.

MELODÍA DE SIRENAWhere stories live. Discover now