Aparición en el concierto

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Habían pasado tres meses desde que conocí a Shin y, cada día que pasaba con él, más me enamoraba de él y bicebersa.

De vez en cuando iba a la superficie a vigilar las sirenas, en ninguno de los viajes que hice me vieron, a no ser que lo hicera a posta. Una mañana oí como hablaban de un concierto para esa misma tarde, y volví al mar para contarselo a Shin:

.¿Puedo ir? Porfaaaaa. No me descubrirán, y me acompañarán las dos diablesas así que no pasará nada.

-Bueno, pero ten cuidado. -Contestó con voz seductora mientras me cogía de la barbilla. -Toma las perlas de la princesa sirena del océano Pacífico Sur y de la princesa sirena del oceano Antártico.

-BIen. -Respondí decidida mientras cogía las perlas. -Volveré pronto. Sonreí y me fui.

Era la hora del concierto. Entré sola y las diablesas esperaban fuera. Estaba esperando el final del concierto, cuando aquella música empezó a hacerme recordar aquellos maravillosos momentos que viví con Lucía y Kairen. Más tarde empecé a ver sirenas y sacudí la cabeza intentando borrar aquella imagen.

Empecé a pensar:

-No puedo dejar que esos recuerdos invadan mi mente. Eso forma parte del pasado. Mi presente es Shin y gobernar con él.

El concierto terminó. La gente empezaba a dirigirse a la salida cuando ví a Lucía y choqué mi hombro con ella. Lucía se giró y me mezclé con la multitud.

Lucía se quedó con la incógnita. Buscó a Kairen y Haron para contárselo:

-Chicas, creo que acabo de ver a Rania.

-¿¡QUE!? -Grataron las dos a la vez. -No puede ser. -Dijo Haron.

-Pero Rania nos abandonó. -Añadió Kairen.

Sin que ellas se dieran cuenta, ya estaban fuera del auditorio y aparecieron las dos diablesas que fueron derrotadas fácilmente por las princesas sirenas que se tranformaron en IDols.

A lo lejos, vi la desastrosa batalla. Las diablesas se teletransportaron al mar rumbo al palacio de Shin. Yo iba detrás de ellas enfadada.

Llegamos ante Shin y me puse al lado suyo y él me agarró de la cintura de una forma brusca y atrevida:

-¿Qué tal ha ido?

-Pues no se, pregúntale a tus diablesas. -Dije irónica y enfadada.

-Lo sentimos maestro. -Se disculparon las dos. -Intentamos capturar a las princesas sirenas pero fallamos.

-¿Y las perlas? -Preguntó Shin de forma atrevida.

-Las perdieron. -Dije yo.

-¡Inútiles! -Gritó el. -No sabéis hacer nada bien.

-Por una parte tampoco es tan malo. -Dije con tono seductor hacia él. -Si ellas las consiguen, vendrán a por nosotros y las detendremos de un solo golpe.

-La única que tiene buenas ideas aparte de mí es Rania. -Me alabó él. -Tendremos que esperar a que vengan.

MELODÍA DE SIRENAOù les histoires vivent. Découvrez maintenant