Recuerdos Confusos

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Volvimos a la superficie. Era de madrugada y estaba bastante oscuro. Ellas, se fueron al hotel y yo tenía que recorrer casi toda la ciudad hasta llegar al hospital y entrar en mi habitación sin que nadie se enterase.

Estaba cruzando el parque en el que horas antes me encontré con Ikuto cuando a lo lejos con la poca luz de unas farolas lejanas pude distinguir una silueta. A medida que se acercaba, pude reconocerla mejor. Era un hombre musculoso, vestía ropas de color negro, tenía numerosos tatuajes y algunas cicatrices en la cara.

-¿Qué hace una niña como tu tan tarde? -me preguntó.

Lo ignoré y seguí caminando. Sentí que me agarró de la mano y me dijo con un tono algo psicópata:

-Tu te vienes conmigo.

Al oir esas palabras, apareció una imagen en mi cabeza de dos desconocidos hicieron lo mismo conmigo solo que el escenario era en las puertas del balneario. Pensé que había recuperado todos mis recuerdos pero parece que me equivoqué.

Aquel tipo empezó a tirar de mí pero yo forcejeaba en sentido contrario. Luego, se escuchó un fuerte golpe y caí en un banco. Mi mano ya era libre pero tenía demasiado miedo como para moverme. Sentí dolor cuando me la toqué. Apretó demasiado fuerte. A unos pocos metros se veían dos sombras peleándose. Tenía que huir pero el miedo me paralizó. Cuando terminaron, una de las sombras empezaba a acercarse a mí. El corazón me latía demasiado fuerte y rápido. Sentía que se me iba a salir del pecho. Pensé que era aquel psicópata pero la silueta no era tan musculosa. Su mano me acarició la mejilla y me besó. Conseguí empujarlo y le abofeté lo que parecia ser la cara y salí corriendo.

Mientras corria,  en mi cabeza aparecieron numerosas escenas en las que estaba yo con otra persona. No podía ver quién era ya que solo estaba su silueta. Siempre estaba feliz y parece que me divertía con esa persona.

Volví a mirar mi muñeca y la vi algo roja por la fuerza y en la palma, algo que parecia ser sangre.

Llegué al hospital. Había que pasar por recepcción ya que estaba al entrar. Por suerte, habían personas diferentes en recepcción y no me conocían por lo que entré en mi habiación sin ningún problema e Ikuto tampoco estaba en la puerta.

Me tumbé en la cama. Me volví a mirar una vez más la mano. El color rojizo que una vez tubo, iba desapareciendo pero seguía manchada de sangre, pero seca.

-¿Quién era el chico ese que me besó? -pensé. -¿Me estaba defendiendo? ¿Y quién era ese chico con el que estaba siempre y me sentía tan feliz?¿Aún hay cosas que no recuerdo?

E instantaneamente me quedé dormida.

MELODÍA DE SIRENAWhere stories live. Discover now