Siete.

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—¿Dónde estabas?

—¿Eh?

Matthew miró a Gabriel fijamente obligándolo a mirarle también. Estaban en la cafetería comiendo su almuerzo, Gabe había tardado casi veinte minutos en aparecer y desde que llegó Matthew le había hecho unas tres veces la misma pregunta.

—¿Dónde estabas?

—Terminando un ensayo.

Matthew arrugó las cejas en confusión —¿Y tú desde cuándo haces tareas en el almuerzo?

—Desde que estoy malgastando mi tiempo imaginando idioteces.

—¿Qué?

Solo Dios sabía de qué estaba hablando Gabriel, no lo había visto desde el día anterior cuando se fueron a la cena con sus tíos y no pudo hablar con ellos cuando llegaron, estaba bastante cansado de discutir con McCain y pensar en lo imbécil que era Harry.

Fue entonces cuando apareció Dan, entró al lugar muy relajado como de costumbre, llegó a la mesa y se sentó junto a Gabriel, robando comida de su plato al mismo tiempo. Era normal, lo hacía siempre, pero había algo en la forma en que Dan se movía y algo parecido a la tensión en ambos que le dijo a Matthew que había algo extraño. Algo había pasado entre esos dos.

—Entonces... ¿Qué tal la cena? —dijo Matthew antes de darle a Dan la oportunidad de saludar siquiera.

Silencio. Durante un par de nanosegundos hubo silencio en la mesa. Definitivamente algo había pasado.

—Bien, bien, como siempre, ya sabes... Ah, mamá y papá te envían saludos, se fueron a Verona ¿sabes? Al cumpleaños de la tía Erika, pero como nos odia a ti y a mi pues no nos invitó.

Matthew lo miró con extrañeza. Obviamente él sabía todo eso.

—Sí pero la cena ¿Qué tal fue? ¿Algo interesante?

Gabriel dio un gran mordisco a su pollo para así no tener que responder, toda la situación era tan rara y cómica que aumentaba la intriga de Matthew.

—Oh, ya sabes, lo normal cuando tu mejor amigo finge ser tu novio, abrazos por aquí, sonrisas por allá... Ah y también tuvimos que besarnos.

Matthew dejó caer su cuchara.

—¿Qué?

Daniel miró un punto detrás de Matthew y se levantó —Mira es Dante, tengo que hablar con él, nos vemos, adiós.

—Pero...

Daniel se fue y los dejó solos de nuevo, no había pasado ni un minuto con ellos. Gabe estaba mirando fijamente su plato de comida muy consciente de la mirada sorprendida y confundida de Matthew.

—Deja de mirarme así.

—Okey, pero primero explícame... ¡¿Por qué no me lo habías contado?!

—No tiene importancia Matthew, solo fue porque Clara no nos creía...

—Sili fii pirqui Cliri ni nis criii-. Matthew le dio un ligero golpe en la cabeza—Idiota.

—Estoy hablando en serio, Dan lo propuso y yo le dije que sí, sin más.

—No me la creo.

Gabriel llevaba meses enamorado de Dan, era algo que se dio poco a poco hasta que por fin lo aceptó, y Matthew, como el buen amigo que es, le dijo que aceptara la aquella idea de fingir ser el novio de su primo con la esperanza de que algo pasara, ese algo pasó y nada había cambiado, no para bien al menos. Se sintió algo culpable por haber insistido, ahora Dan y Gabe estaban incómodos entre ellos, Matthew no quería que su amistad se rompiera, si perdía a Dan y Gabe ¿qué le quedaba entonces?

the broken & the sinnerWhere stories live. Discover now