Extra Dan Y Gabe 3

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Si Daniel pudiera contar la cantidad de veces que había tratado de decirle a Gabriel lo mucho que le gustaba después de aquel beso en su casa tendría que usar más de dos manos y dos pies.

Pero no podía. Se sentía lo suficientemente valiente para hacerlo, al menos hasta que veía a Gabe y olvidaba como hablar. Quería decírselo, sentía que sus acciones sólo confundían a Gabe y no quería eso en absoluto.

Su consejero personal había hecho ciertas recomendaciones pero al final sólo eran consejos horribles sacados de Internet. Bueno, quizá era su culpa por pedirle consejos amorosos a Matthew, quien le había dicho más de cinco veces que "no necesitaba decírselo con palabras" lo cual era estúpido. Ya llevaba diez minutos escribiendo ideas de cómo carajo decírselo "sin usar palabras" y no llegaba a nada.

Al menos hasta que Gabe salió del baño y lo interrumpió.

-¿Qué escribes?

-Mi tarea de Biología.

La mirada que recibió le decía que Gabe sabía perfectamente que Dan nunca hacía tareas a mano. Bueno, Dan nunca hacía tareas en general.

-Ese no es tu cuaderno de biología.

Dan le lanzó una bolita de papel a la cara.

-Auch ¿Yo qué te hice?

Hacerme perder el habla, nada más. Muchas gracias.

-Me molestas cada que puedes ¿Molestar a un gay? Eso es homofobia.

-Yo soy gay.

Y gracias a Dios. Imagina que fuese hetero, ya me habría lanzado del tercer piso.

-¡Igual que muchos homofobicos! ¿Alguna vez has escuchado a John McCain hablar con Matthew?

Ni siquiera en películas había escuchado conversaciones tan doble sentido como las de esos dos. Aunque no estaba muy seguro de que John realmente lo fuera, eran sólo suposiciones que no le había comentado a nadie más que a Gabe. No es como que le importara mucho, pero si había algo que le gustaba era un buen chisme.

Gabe, en vez de responderle, le lanzó la bolita de papel devuelta.

-¡Ay! ¡Me dio en el ojo!

Dan se hizo el herido colocándose una mano en el ojo y con la otra lanzándole la bolita de papel a Gabe sin que lo notara.

-Tramposo.

Gabe se lanzó sobre él para tratar de quitarle el cuaderno, el cuál Dan extendía no sólo para molestarlo sino para evitar que viera la cantidad de estupideces que había escrito ahí. Estaba tan avergonzado de eso que moriría si Gabe lo leía, por lo que hizo lo más inteligente que se le ocurrió y lanzó el cuaderno por la ventana.

Su amigo bajó de la cama y siguió el trayecto que hizo el cuaderno ventana abajo; Lo miró frustrado y frunciendo los labios. Se veía demasiado adorable así.

-Por un momento pensé que de verdad te había lastimado-dijo mientras se acercaba y se sentaba junto a Dan.

-De hecho lo hiciste, pero no es nada ¿Tanto te preocupas por mí?

-Por supuesto que sí, no seas idiota.

Casi pierde el aire cuando Gabe colocó una mano en la cabecera de la cama y se acercó a inspeccionar su rostro, no sabía lo atractivo y tierno que se veía con las cejas ligeramente fruncidas y mordiéndose la punta de la lengua para concentrarse. Esa era una de esas costumbres que Dan se pasaba constantemente rebobinando en su cabeza cuando pensaba en Gabe. Oh Dios, lo necesitaba más cerca y como claramente eso no iba a suceder, lo tenía que alejar antes de perder la cabeza y confesarle todo lo que sentía en ese instante.

the broken & the sinnerWhere stories live. Discover now