4. El trébol de cuatro hojas.

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CAPÍTULO 6

EL TRÉBOL DE CUATRO HOJAS.

TORI

La última vez que utilicé una ventana como puerta fue aquella en la que me quería colar en el almacén donde tenían secuestrada a Zada. En cambio, esta vez fue para salir de una fiesta. Qué irónico, ¿no? Victoria Watson, la loca de las fiestas, escapándose de una. Sin embargo, necesitaba ir al exterior y tomar aire tranquila sin la compañía de un guardaespaldas. Era verdad que Archer me dejaba mi espacio personal y me podía vigilar a la distancia para no incomodarme, pero de todas formas me sentía intimidada y necesitaba un poco de soledad.

El ruido de la música me taladraba la cabeza. Ahora los sonidos se habían intensificado en mis tímpanos y posiblemente fuera por la gran explosión que grandes marcas dejó en mi interior, o quizá por las pastillas que me tomaba cada día.

Otro de los motivos por el que prefería salir un momento de esa fiesta era Alex. Haberlo visto en la casa de Briseida me dolió bastante. Podría decir que yo tenía la culpa de nuestra ruptura, pero en realidad ninguno de los dos la tenía. Solo son circunstancias que el destino tiene preparadas para ti y tienes que afrontarlas de cualquier modo. Una pequeña confusión la podría tener cualquier pareja y todo se solucionaba hablando. Sin embargo, llegaron más problemas que nos ocasionaron un desorden mental. Y ahora, que podía ir directamente a hablar con él e intentar explicárselo todo, huía porque no me sentía capaz.

También me descolocó saber que mi hermano estaba saliendo con una de las amantas de mi exnovio, Faith. Louis nunca me lo había contado y eso que siempre nos lo confesábamos casi todo. Y digo casi todo porque es verdad que yo le he estado ocultando cosas, como lo del señor Gerard, que fue un pequeño error que cometí inconscientemente, y lo que ocurrió durante la noche del 31 de octubre. Sin embargo, esto último era mejor no contárselo. Era muy peligroso y se pudo ver por cómo acabé, atada en una silla junto a Zada y enterándome de que habían experimentado conmigo. Por otro lado, él no sabía exactamente con quien me fue infiel Zyon, por lo que para él Faith no hizo nada.

Había tantos motivos para abandonar la fiesta que no pude evitar saltar esa ventana, aunque luego me llevara una reprimenda de mis padres si se enteraban. Iba a volver a la fiesta luego, sí, pero antes necesitaba estar sola por un momento. Desde que desperté siempre había tenido a alguien a mi lado y así apenas pude centrarme en mí, en mis pensamientos. Agradecía todo el apoyo que recibía, pero también me agobiaba no poder tener un tiempo para mí sola. Todo me había llegado de golpe y no podía llegar a asimilarlo.

Por suerte, la ventana del cuarto de baño de la casa de Briseida daba a la calle. Podría decir que tenía miedo, ya que apenas las farolas proporcionaban luz a la zona y se veía todo oscuro a mi alrededor. Me recordaba a la noche en la que perseguí a Alex por el callejón oscuro. Sin embargo, ahora sí tenía miedo de verdad, no como aquella vez que desconocía lo que me podría pasar.

Caminé hasta un bordillo y me senté. La brisa del aire corría por la calle, poniéndome los pelos de punta. Cerré los ojos y alcé mi cabeza hacia el cielo, disfrutando del frescor que estaba experimentando mi cuerpo. Era lo que necesitaba, un poco de viento que me despertara.

Cuando abrí los ojos, vislumbré la luna llena, que iluminaba a las estrellas que había a su alrededor y un poco a la calle oscura en la que me encontraba. El sonido de la música de la fiesta se escuchaba, aunque no tanto como adentro, y a la gente cantando a todo pulmón. También se podía oír a los coches circulando por la carretera que había al terminar la calle. Los pitidos de estos y la música de adentro impedían el silencio de la noche.

Escorpion [SUSAC#2]Where stories live. Discover now