19. La visión.

54 9 5
                                    

CAPÍTULO 19.

LA VISIÓN.

TORI

El camino hacia el instituto fue silencioso en un primer momento, hasta que Melville decidió entablar una conversación mientras conducía.

—Bueno, señorita Watson, ¿al final a dónde tengo que llevarla? ¿A su casa? —preguntó con la mirada atenta a la carretera.

—Al instituto.

—Qué clase de chica va a clases fuera del horario escolar —musitó con una sonrisa ladeada.

—Mi hermano me está esperando allí —le comuniqué y giré la cabeza para mirarlo.

Melville tenía de nuevo las gafas negras de sol puestas y sonrió ante mi respuesta.

—Oh, bueno, entonces al instituto se ha dicho, aunque su hermano podría irse a casa solo.

—Ya, pero me está esperando junto a Archer.

—¿El señorito Hooks? —preguntó y yo asentí—. Espera, su novio, ¿no?

«Ya solo falta que me emparejara con su hijo», ironicé en mi cabeza.

—Ninguno de los que citó lo es —murmuré, recordando a Alex con un nudo en la garganta—. No tengo pareja.

—Perdone, es la costumbre de mi generación —apuntó y yo lo miré con el ceño fruncido—. Déjalo —sonrió—. ¿El señorito Hooks no dijo que erais pareja?

—Solo para que me dejaras a solas con él.

—Entiendo... Cosas de adolescentes —murmuró y junté las cejas sin entenderlo—. ¿Cómo está su familia después de lo ocurrido?

—Bien —respondí con la mirada ahora atenta a la carretera—. Están algo asustados, porque piensan que van a por nosotros por nuestra fortuna... Ya sabes. Esa misma noche mi tío...Yo...

—Ya, tranquila, no hace falta que abras de nuevo la llaga —me interrumpió y giró el volante para adentrarnos por una calle—. Su familia es bastante poderosa en la ciudad, ¿no? O eso me informé.

—Sí —respondí sin dar muchos detalles.

—¿Debido a qué? ¿Por su fortuna? —preguntó y me quedé callada.

Después de lo sucedido no podía confiar en cualquiera, ni mucho menos para dar información sobre mi familia.

—¿Tu padre es dueño de alguna empresa importante o algo? Porque para tener tanto dinero debería tener un buen trabajo —Melville siguió hablando.

—Sí, tiene varias empresas repartidas por el mundo.

Mama mía —murmuró con una sonrisa—. Quiero ser tu padre ahora mismo.

—No es tan buena idea... Las empresas le quitan tiempo para pasarla con su familia —mascullé con aires tristes.

Miré los asientos traseros y pillé al hijo del director mirándome atentamente.

—Oswald —lo llamó Melville y él se tensó—. Te presento a tu nueva amiga. Se llama Victoria —le sonrió a través del retrovisor.

El chico, que ahora sabía que se llamaba Oswald, apartó la mirada rápidamente y posó sus ojos en los edificios que se veían a través de la ventana.

Estábamos circulando por unas calles que desconocía completamente. Mi ceño se frunció aún más cuando Melville giró por otra calle aún más incógnita para mi memoria. Giré la cabeza para mirar al señor director y comprobar qué intenciones tenía.

Escorpion [SUSAC#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora