17. El escorpión dorado.

46 7 0
                                    

CAPÍTULO 17

EL ESCORPIÓN DORADO.

TORI

Mi reflejo en el charco del suelo daba pena. Una lágrima recorrió mi mejilla y llegó a mi boca. Su sabor salado fue identificado rápidamente por mi lengua. Entrar en el instituto y escuchar directamente a Ayleen Campbell decir eso de mí me dolió bastante, pues ni ella ni nadie sabía la verdad sobre los hechos para acusarme de ser infiel, y menos delante de mi hermano.

Luego, cuando Alex decidió venir a hablar conmigo sobre lo ocurrido, no pude evitar explotar. Quizá me pasé y más cuando le confesé que realmente secuestré a Zada. Inconscientemente utilicé la misma táctica de Alex para que dejara de meterse en mi vida y me dejara en paz. Aunque, ahora que lo pensaba mejor, creo que hice mal, ya que de esa forma más iba a estar detrás de mí. No obstante, ya lo había hecho y no se podía retroceder en el tiempo.

Cuando esta mañana Alex se acercó a mí, me entró la impotencia. Él llevaba tiempo queriendo alejarse de mí y ahora que le concedía el deseo, no paraba de perseguirme. Eso es algo que suele pasar mucho. Cuando empiezas a ignorar a una persona que no quiere saber nada de ti, esa misma vuelve a ti.

Esta mañana, antes de la nueva pelea con Alex, volví a los almacenes de las afueras de la ciudad. Zyon se encargó de llevarme en su moto. Sin embargo, esta vez no fuimos a la guarida de los Escorpiones. Bajamos por la alcantarilla, pero nos quedamos en los túneles. Zyon me llevó con Aguijón Verde y se fue con sus amigos.

—Hola, Victoria —me saludó Aguijón Verde.

—¿Qué hacéis hoy aquí? —le pregunté mientras observaba el lugar.

El túnel era amplio. En los laterales tenía como pequeñas aceras, supongo que para que puedan caminar los trabajadores de alcantarillas, y en el centro había un hoyo, que era por donde pasaba un pequeño arrollo de agua sucia. Nosotros nos encontrábamos en la acera, pegados a la asquerosa pared de la alcantarilla y rodeados de otros escorpiones. Al fondo de la alcantarilla también había personas, pero esas se encontraban en el hoyo y estaba estirando sus músculos.

—Carreras de Escorpiones —contestó Aguijón Verde con los brazos cruzados.

—¿Cómo? —inquirí con el ceño fruncido—. ¿Y los vehículos?

—A los hombres escorpiones no nos hace falta ningún vehículo para disfrutar. —Aguijón Verde esbozó una sonrisa ladeada.

Las carreras ilegales de motos o coches eran típicas en las bandas callejeras, pero cuando conocí el otro día su guarida, me extrañó que estuvieran bajo tierra, pues ahí abajo no podrían circular con sus vehículos. No obstante, ellos se las apañaron para crear sus propias carreras ilegales bajo tierra.

Los murmullos de las personas hacían eco en el túnel de las alcantarillas. Algunos me miraron y empezaron a hablar entre ellos, supongo que porque era nueva.

Observando a los hombres que se encontraban estirando sus músculos en el arroyo de agua sucia, vi a Zyon saltando desde la acera hasta el hoyo para unirse a ellos. Al parecer él también iba a participar en la carrera. Zyon estiró uno de sus brazos, colocándolo sobre su pecho y haciendo presión con el otro brazo.

—¿Tú no participas? —le pregunté a Aguijón Verde.

—A mí este tipo de competiciones no me gustan —respondió con la mirada fija en los participantes de la carrera.

—¿Y qué clase de competiciones te atraen? —inquirí y capté su atención, pues giró su cabeza para mirarme.

—Lucha libre —declaró y esbozó una sonrisa.

Escorpion [SUSAC#2]Where stories live. Discover now