8. Ojos violetas

43 7 0
                                    

CAPÍTULO 8

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

CAPÍTULO 8

OJOS VIOLETA

TORI

—Victoria... —ese susurro llegó a mis oídos, despertándome.

Abrí un solo ojo para identificar de quién podría proceder y luego volver a cerrarlo, pues estaba cansada y quería seguir durmiendo. Los ojos me picaban a causa del sueño acumulado, aunque, en verdad, durante toda esta semana había sido capaz de dormir bien todas las noches.

Podría salir corriendo, sí, porque era algo bastante inusual escuchar el susurro de una persona llamándote a estas horas de la noche, cuando todo el mundo estaba durmiendo. Es más, era algo escalofriante. Sin embargo, estaba bastante adormilada y quizá solo hubiera sido producto de mi imaginación, pues ningún otro susurro se escuchó.

Me volví a acomodar en la cama para poder dormir a gusto y algo empezó a moverse entre mis sábanas hasta tocar mi tobillo, asustándome. Recogí la pierna rápidamente, acojonada, y elevé el torso, colocando ambas manos en cada lado de la cama.

Mi respiración se aceleró y aún más cuando había un bulto que se movía debajo de las sábanas, acercándose hacía mí lentamente. Encogí aún más las piernas en un acto reflejo, posicionándome en el rincón de la cama. Quité las sábanas del medio cuando vi que los movimientos no cesaban y me llevé las manos a la boca para amortiguar un grito. Había un escorpión en la cama. Este se paró por un instante y, cuando menos me lo esperé, empezó a corretear hacia mí. Entonces, fue en ese momento cuando salté de la cama y lo observé a la distancia, desde el armario.

Todo se encontraba oscuro debido a la lobreguez de la noche. Solo se podía apreciar la luz que proyectaba la luna que traspasaba por mi ventana, iluminando justo el lugar en donde yo me encontraba y haciendo más siniestra la aparición del misterioso escorpión.

Miré a la ventana y dos luces verdes a lo lejos llamaron mi atención. Bueno, más bien, eran dos ojos verdes que brillaban en la oscuridad. Me acerqué lentamente a la ventana para asegurarme de que lo que estaba viendo era cierto. Intenté forcejear el cerrojo con intenciones de salir en busca de ese hombre de ojos verdes. Se supone que la ventana estaba cerrada para que no me escapara y me pasara algo, pero se abrió fácilmente.

El escorpión me asustó cuando se dirigió hacia la ventana abierta para marcharse.

«Ven», escuché esa palabra dentro de mi cabeza.

Me giré, asustada, al pensar que había alguien detrás de mí, pero estaba sola en la habitación.

Una ráfaga de aire azotó mi espalda, espelucándome el pelo y haciéndome girar de nuevo hacia la ventana. Seguidamente, otra vez esa voz gruesa sonó en mi cabeza: «Sígueme».

Los pelos se me pusieron de punta cuando Aguijón Verde seguía observándome desde los árboles del bosque que había detrás de mi casa. Intuía que podría ser él quien se intentaba comunicar conmigo, pero no movía los labios, sino que lo hacía de otra manera, de una forma sobrenatural, a través de la mente, aunque sonara algo ridículo y no me lo pudiera creer.

Escorpion [SUSAC#2]Onde histórias criam vida. Descubra agora