《 TOKYO REVENGERS STORIES ♡ 》

K I S A K I T E T T A

Advertencia; Este capitulo incluye contenido sensible, demás esta decir que no estoy tratando de romantizar las acciones que se describirán a continuación, es ficción y ya. ¡Usted no haga este tipo de cosas por nadie! Espero haya quedado claro, eso.

Para mayores de 18 años, leer bajo tu responsabilidad.

𝕂𝕚𝕤𝕒𝕜𝕚 𝕋𝕖𝕥𝕥𝕒
𝕊𝕒𝕔𝕣𝕚𝕗𝕚𝕔𝕚𝕠

Lo mirabas con atención como siempre lo hacías, le resultaba tan fácil resolver los ejercicios de matemáticas, era tan bueno en todo lo que hacía, te causaba tanta admiración que tenías que luchar contigo misma por no mirarle con la boca abierta, era el único amigo que tenías, y tu corazón se acelera al tenerlo tan cerca, mientras mordía su labio inferior al ayudarte a estudiar.

—Y de esta forma reemplazamos la "X", ¿lo entendiste, _________?

Pero estabas demasiado perdida en tus pensamientos como para escucharlo.

—¿________? —repitió con su tono de voz mas serio.

—¡Oh, yo lo siento! —respondí—. Si entendí, gracias...

—Sé que me estas mintiendo... —dijo él—. Bueno, espero que de verdad hayas entendido, por que debo ir a un lugar.

—¿Otra de esas peleas? —preguntaste—. Kisaki, ¿cuando detendrás todo esto? —te atreviste a soltar.

—¿A que te refieres?

—Me refiero a Hina, ¿cuando dejarás en paz a esos chicos de la Touman, a Takemichi Hanagaki...? No creas que no sé de tus planes, no soy tonta, puedo ver a través de tus ojos. Sé que haz hecho cosas terribles...

—Si he hecho cosas tan malas como dices, ¿por qué sigues siendo mi amiga? —respondió con un tono de voz severo, intimidante, sabías que el sospechaba de tus sentimientos, pero también sabias que él solo tendría sentimientos por Hina, que nunca podría verte de la forma en que la veía a ella.

—¿De verdad esperas que lo diga en este momento? —preguntaste tragando saliva.

Se acercó a la puerta para poner el seguro, tus padres no estaban pues confiaban en él, después de todo habían sido amigos desde niños, pero tú lo amabas, amabas a ese muchacho que contigo era amable, amabas a aquel chico que siempre tenía voluntad para enseñarte matemáticas o acompañarte a casa, a pesar de que sabías que se estaba convirtiendo en alguien cruel cegado por el odio a Takemichi Hanagaki. Se acercó a ti como nunca lo había hecho, tomando tu mano para acariciar tus nudillos lentamente, sus ojos se clavaron en los tuyos desde su altura, te sentías tan pequeña, tu corazón se agitaba de emoción, tus labios temblaban considerando tu confesión, el aire de tus pulmones se volvía denso, causando que tu pecho se moviera lentamente.

—Y-yo... Kisaki... —murmuraste entre dientes—. Estoy, enamorada de ti.

—¿Que es lo que te gusta de mi, _______? —preguntó acercándose aún más, sus labios casi rozaban los tuyos, su aliento tibio chocaba con tu piel y el metal de sus anteojos apenas tocaba tu frente.