Capítulo III

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Alessandra

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Alessandra

Camino por el pasillo de mi escuela con un humor terrible. Es viernes por la mañana. Toda la semana me fue mal, o no muy bien que digamos, pero ayer fue peor y como consecuencia me siento agotada. Tuve un poco de insomnio por la madrugada, ya que me desperté y no pude volver a dormir.

Odio escuchar los gritos y murmullos en la mañana. El dolor de cabeza es insoportable. En general odio todo hoy.

Caminando por los pasillos de la escuela, le doy un sorbo a mi jugo de manzana mientras escucho una canción de Alex Turner. Sin embargo, dejo de prestarle atención a mi canción cuando escucho los comentarios de mis compañeras.

—Miren es la hija bastarda. ¿A tus padres no les da asco verte la cara? —Casandra ríe fuertemente con sus amigas.

Cassandra es la persona más irritante y amargada que haya conocido. Siempre se la pasa buscando un pequeño defecto en las personas para criticarlas, cuando en realidad ella es la que tiene más problemas en casa. Sus padres viajan tanto que apenas la ven. Además, no están, que digamos, muy orgullosos de ellas por los acontecimientos del año pasado: sus notas y mala conducta. También, es rechazada en su familia como yo, pero ella se desquita con todos en la escuela.

—Eres un bicho raro. Ni tus padres te aman —ríen.

Yo solo empiezo a caminar para irme. No lo quiero responder, no merece la pena. Pero sus comentarios no paran y eso me quita de mis casillas. Ni hoy, ni ayer he tenido un buen día, merezco desquitarme, y que mejor que con gente que realmente se lo merece.

Me volteo para así mirarla directamente a los ojos y lentamente me empiezo a acercar a ella. Veo como su cara cambia a nervios mientras da algunos pasos atrás. Cuando estoy lo suficiente cerca le digo:

—Casandra, entiendo que estés pasando por problemas en casa, cariño, pero aquí no me vengas con comentarios insignificantes y estúpidos. Mejor vete a hablar con tus padres sobre tus problemas... ¡Ay! Lo olvide, ni siquiera te prestan atención —le respondo con dureza.

Ella solo se queda muda, apretando sus puños con fuerza al momento de escucharme. Sin más le entrega una mirada a sus amigas y se van.

Vuelvo a la normalidad y con una sonrisa de suficiencia camino por los pasillos hasta llegar a un salón que se encuentra vacío, el lugar donde me junto con mis mejores amigas. Antes era el salón de 4to e, pero al parecer ya no hay más alumnos que ocupen ese lugar, así que suelen utilizarlo para guardar algún que otro material escolar o para realizar reuniones.

Entro con una sonrisa grande al ver a Olivia y Clara hablando. Olivia es muy seria y siempre para tomando o fumando y Clara es todo lo contrario, ella es tranquila, pero eso no quita que también haga cosas muy malas, solo que nadie lo nota.

—¿Cómo están mis esposas?  —sonrió mientras le quito el cigarro a Olivia para sí llevarlo a mi boca. Lo inhalo con lentitud para expulsar el humo con suavidad hacia fuera.

Pecados. (POR CORREGIR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora