Capítulo XLVII

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Pablo

6:00 am.

Después de un paseo matutino con mis sobrinos tomé una ducha, necesitaba levantarme por completo, y más cuando estoy por toparme por "casualidad con Clara".

Sueno como un acosador, sí, pero no me interesa. Solo necesito aclarar unas cosas con esa pequeña mujer.

Aparco mi auto delante de la exuberante tienda de vestidos de novias, jamás pensé hacer este tipo de cosas y menos por una chica, todos sabemos que estas cosas son más de Alexander. Él se toma en serio acosar a la pobre Alessandra.

Salgo del auto y entro a la tienda con toda la velocidad que pueda, no quiero pensar en lo que estoy por cometer.

Me acerco a la recepcionista, mirando por todas partes.

—Buenos días, ¿a quien desea ver? —pregunta, sonriente.

—Mmm, una amiga mía está por aquí y quisiera darle una sorpresa. Se llama Clara Farmer. —Sonrió.

—Lo siento, señor, pero las políticas de privacidad para la futura novia son muy claras. No puede venir ningún desconocido y menos sin invitación.

Joder.

—Solo quiero hablar un momento, ¿por favor? —le suplico.

Veo su mirada flaquear y sin más asiente.

—Ok, puede verla. Total la mayoría de las novias incumplen las reglas teniendo sexo con sus novios en los vestidores. —Se encoge de hombros—. Está en la habitación 24.

—Se lo agradezco mucho.

Camino nervioso, viendo de reojo a mujeres viendo vestidos con tanta ilusión, ¿ella debe estar así de ilusionada?. Solo imaginar a Clara con un vestido de novia hace que mi corazón se acelere y mi pulso sea irregular.

Tocó dos veces la puerta, esperando con temor.

Clara abre pensando que era algún otra persona porque al verme su sonrisa desaparece y retrocede sin poder creer que estoy frente a ella.

—No soy tan feo. —Cierro la puerta detrás de mí.

Clara no lleva ningún vestido de novia puesto, llevando solo una ligera bata de seda color blanco. Yo siempre le dije que ese color le hacía lucir tan única, tan irreal. Era un sueño ver a una chica lucir tan perfecta con tan solo una prenda tan simple.

En mi opinión Clara es como un ángel y sabía que un ángel como ella no podría estar con alguien como yo.

Ella no conoce la maldad o cometer alguna atrocidad.

No es como yo.

—¿Qué haces aquí? —pregunta mientras se pasa una mano por el cabello.

Trago con fuerza.

Pecados. (POR CORREGIR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora