Capítulo X

157K 8.6K 2.2K
                                    

Alessandra

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Alessandra

Al verme al espejo sonrió satisfecha, tenía puesto un vestido color negro que apretada desde mi cintura para abajo, la parte de mis pechos dejaba mucho al descubierto.

Me gusta que me observen. Que me deseen con locura. Yo lo merezco.

Por último me coloco algunas pulseras en mis manos para dar el toque final de mi prenda de esta noche.

Pasaron como tres días desde el error que cometí con Alexander, pero desde ese día me siento extraña como una sensación de peligro corre por mi cuerpo, algunos recuerdos de esa noche vinieron a mi cabeza, la forma que lo hacía era demandante y agresivo.

Como me encanta lo demandante.

Bajo las escaleras con seguridad, veo a mis padres hablando entre ellos, Natalia está con Alexander hablando con cercanía, pero en el momento que nuestras miradas se encontraron sentía como se tensaba viéndome de pies a cabeza.

¿Tengo algo malo?

—Estas linda —mi madre sonríe al verme.

—Gracias, madre —sonrió alagada, mi mirada posa en Alexander, quien me estaba observando desde que aparecí en su campo de visión.

Él es muy atractivo, trae un terno color negro que le queda prefecto, su camisa está entre abierta dejando ver una parte de su pecho.

Malditas hormonas que me hacen desear cosas que no debo.

—Iré haber si mi bebé tiene agua y comida —hablo sin apartar mi mirada de Alexander.

—Claro, te vemos afuera —mis padres se despiden.

Entro a la cocina en busca de mi gatita, pero nada, es extraño ella siempre está en la cocina, le gusta dormirse aquí y no entiendo porque; le compre la mejor cama de gatos y esta duerme en el suelo.

—¿Mi niña, donde estas? —la llamo, pero nada.

Estoy asustándome, algo lo paso, yo lo sé. Jamás me dejaría, se lo mucho que odia salir de casa.

La puerta de la cocina se abre y observo a Alexander con preocupación.

—No la encuentro —murmuro en voz baja.

Este se acerca, con la intención de acariciar mi hombro, pero se detiene en medio camino. ¿Jamás volverá a tocarme? Que tonto.

—Los gatos aveces se esconde, vamos a la fiesta y seguro la encuentras cuando lleguemos —su voz no sonaba convincente. Podía sentir su mentira.

—¿Tú sabes dónde está? —pregunto, siento un dolor en mi corazón —. Por favor dime que le sucedió.

Mi mirada lo observo con los ojos llorosos y rogando saber la verdad.

Alexander baja la mirada y puede entenderlo todo.

—Fueron mis padres, ¿cierto?...¡lastimaron a mi bebé! —sollozo, con el cuerpo temblando.

Pecados. (POR CORREGIR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora