Capítulo XIII

156K 8.5K 3.7K
                                    

Alessandra

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Alessandra

Ya pasaron unas semanas desde que le rompí el corazón a mi mejor amigo, pero tengo que continuar mi vida. Hoy tengo cosas muy productivas para hacer, primero necesito llamar a la persona que me va a ayudar, saco mi teléfono para entrar a WhatsApp.

Parasito

—oye necesito que vengas al café que queda a la esquina de mi colegio.

Le escribió rápidamente, esperando su respuesta unos minutos puedes veo una notificación.

—¿Por qué haría eso?

—solo mueve tu culo de mierda y ven.

Guardo mi teléfono, no quiero empezar una discusión, él tiene que venir y punto.

Miro a mis alrededores la tienda de café es muy agradable por todas partes tiene como decorativos de flores y retratos de café. Lo bueno de este lugar que a esta hora de la mañana la gente casi no viene por aquí dejando el lugar perfecto para hablar con Alexander.

En eso la puerta de la tienda se abre, dejando ver a Alexander con una mirada de culo, lo bueno que se viste bien, tenía puesto una camisa color negra pegada dejando a la imaginación y para terminar un saco grande color marrón con unos tejanos color negro.

Toma asiento frente a mí con seriedad, yo le sonrío para irritarlo más haciendo que el apriete un poco sus puños.

—¿viniste solo?

—No, vine con mi niño interior, mis amigos imaginarios y mis demonios internos, somos legión —Alexander dice con sarcasmo haciendo que ruede los ojos.

—Bueno, necesito que me regales dos millones de dólares —sonrió con inocencia.

—Estas loca, si crees que voy a regalar ese dinero —ríe como un loco —. Dame una simple razón para darte esa cantidad.

—Vamos Alexander conozco tus secretos y tus debilidades. No me quieres como enemiga —lo observo seriamente al igual que apretaba ligeramente mis piernas por el enojo que está causando.

—Mira niñita, tú no eres la única que sabe mis secretos o debilidades. Por lo que se, tú tienes una arma en el cajón de tu ropa interior y no voy a nombrar esa foto de tus padres con palabras horribles y cortadas que les hicistes. Todo bajo tu cama, ¿No tuviste una mejor idea? Los locos siempre ocultan cosas bajo las camas.

Al escuchar Alexander me empiezo a reír nerviosamente porque parezco loca por portar armas o por a cuchillar una foto de mis padres cada vez que estoy enojada, pero no lo estoy, ¿cierto?

—Tengo dos cosas que decir, primeramente porque estás buscando entre mi ropa interior y sobre la foto, es una forma de expresar mis emociones hacia mis padres —explico sin importancia.

Alexander pone sus brazos sobre la mesa para acercarse más a mi, provocando un ligero temblor recorra mi cuerpo otra vez.

—Eres una psicópata, niña, no mejor te pondré otro apodo —Alexander finge estar pensando y mis ganas de ahorcarlo aumentan a mil —. Destripadora.

Pecados. (POR CORREGIR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora