Prólogo

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Todo inicio en una soleada mañana

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Todo inicio en una soleada mañana.

Los rumores volaban en la escuela más rápido de lo normal, la razón de esto era uno de esos casos únicos.

Rumi Ishikawa, una de las chicas más bonitas parecía gustar de uno de los estudiantes y se iba confesar en la salida por lo que decían. Los hombres estaban alterados, esperando ser ellos quien recibieran esa confesión por parte de la fémina más tierna y atenta que nunca se le había visto salir con nadie, unos más tranquilos que otros, también estaban esos chicos que simplemente no les interesaba el tema y seguían su día como siempre.

En el caso de Rindou Haitani era así, no por que odiara a la chica u otra cosa, simplemente no estaba como los demás hormonales sabiendo que era un caso de un millón que Ishikawa se le confesara, contando que casí no conocía a la chica más que por hacer un trabajo juntos hace dos semanas.

Apenas había sonado el timbre anunciando el receso y todos corrieron a la cafetería, talvez a la jóven se le ocurría confesarse antes.

Una chica de largo cabello cobrizo se encontraba en su salón golpeando su frente contra el mesabanco.

—Soy una co-bar-de—exclamó chillando entre lamentos—No puedo hacerlo Naoko.

La verdad de por que estaba así era por que tenía miedo. Un día antes hablaba tranquila con su mejor amiga de que quería confesar su amor al chico que le gustaba y ahora todo el mundo se había enterado, al parecer alguien las había escuchado y esparcido el "rumor".

—Wow, nunca te había vista de esta manera tan... ¿deprimente?—se rió la peli negra sobando la espalda de su amiga como apoyo—Mejor dicho, nunca te había visto enamorada de un chico. ¿Cómo te puede gustar Rindou?

Ni Rumi lo sabía, simplemente sucedió cuando hicieron ese trabajo en pareja; estaban en medio de un experimentos y ella accidentalmente le puso un químico de más y cuando explotó el rubio la había protegido con su cuerpo.

—¿En serio?—le cuestionó al ver sonrojada a la de cabello cobrizo—¿Un Haitani? Y para acabarla el hermano menor que es famoso por romper huesos y sádico con sus oponentes. ¡Es pandillero!

—¡Ya se!—grito de vuelta—No se que hacer Naoko-chan—alargó el chan estrellándose una vez más su frente contra la mesita—Realmente me gusta...

El sonoro suspiro de la peli negra se escucho.

—Sigue en pie el plan entonces.

Ayer crearon un plan sencillo, Ishikawa se confesaría en la salida donde ya muchos alumnos se habrían ido, si la rechazaba podría irse a casa con Naoko y llorar sin tener que verlo nuevamente ese mismo día o el siguiente que era sábado.

—No lo entiendes Naoko-chan, si me dice que no se romperá mi corazón eternamente y nunca se va a reparar, me volveré vieja y moriré sin poder haberme casado y tener hijos—dramatizo abrazando la cintura de su amiga—No quiero que pase eso.

—Deja de complicarte la vida tú sola—dijo tratando que quitar a la chica—Eso no pasará y tampoco morirás sola, puede que después te enamores de otra persona.

—¿Me lo juras?

—Claro que si—se detuvo limpiando las dramáticas lágrimas del rostro de la fémina—Ahora dejame ir a la cafetería o se acabará la comida.

El momento había llegado.

Ambas amigas salieron del salón buscando a Rindou, detrás de ellas más personas las seguían para enterarse quien sería el afortunado.

—¿Por que siento que hay más gente de lo normal?—pregunto la cobriza agachado los hombros.

—Mmm... Se enteraron de que te ibas a confesar—respondió simple la peli negra—Ya te lo había dicho.

Lo había olvidado.

—Que vergüenza—escondió su cara en sus manos—Todos van a ver.

—Hey, solo ignoralos y ve—ánimo empujando su espalda hacía adelanté—Estaré aquí contigo.

Inhalo reteniendo el aire para después soltarlo y caminar a la salida del pórtico, los alumnos se abrían paso para que pasará buscando al chico, ella volteo para los lados buscándolo hasta que vió su ancha espalda, decidida apretó la carta contra su pecho y fue hasta donde estaba él rubio con mechas azules.

Los exclamos sorprendidos no se hicieron esperar al notar de quien se trataba.

Tocó su espalda con su dedo levantando su mirada esperando que girará.

Se paralizó un segundo al verlo cara a cara.

Discreta miro a su amiga que levanto los dedos pulgares.

—Ishikawa-san—dijo extrañado Rindou al notarla temblabar como un chihuahua—¿Estas bien?

—Acepta mis sentimientos y se mi novio—le extendió la carta inclinándose.

Para el rubio parecía más una orden que una confesión de la temblorosa chica, pero agarró la carta y la abrió para leerla, vaya sorpresa se llevo al leer lo que contenía.

Su silencio tenía pelos de punta a la peli cobriza y a todos.

Una vez término dobló la carta y la guardo, fijo su visita en la más baja y rasco su nuca incómodo por los ojos puestos en ellos.

—Esta bien, acepto ser tu novio—apenas dijo eso se marchó.

Los gritos de Naoko se escucharon, quien se acercó a su amiga que se encontraba más que congelada.

¡Él había aceptado!

@𝙰𝚢𝚊𝚖𝚎_𝚑𝚊𝚝𝚊𝚔𝚎☁

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𝙋𝙚𝙙𝙖𝙯𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙢𝙞 𝙘𝙞𝙚𝙡𝙤 || 𝘙𝘪𝘯𝘥𝘰𝘶 𝘏𝘢𝘪𝘵𝘢𝘯𝘪 ||Where stories live. Discover now