No era el más listo.
Tampoco el más guapo.
Ni el más cariñoso.
Lo único que podía hacer era mostrarle fragmentos de su mundo y cielo más íntimo, podría quedar fascinada al igual que aterrada... y esperaba que fuera lo primero.
☁ ☁ ☁...
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Tener novia es estresante para Ran, y de sólo ver a su hermanito buscando que ponerse lo estresaba más, pero debía estar con él ya que fue obligado y le era divertido verlo ansioso preguntando que le quedaba bien y que no.
Para distraerse agarro el teléfono de Rin para platicar con Naoko, o más bien molestarla e informarla sobre su situación en casa, y quizá leer las pláticas de la chica junto a su hermano, todas sus conversaciones se basaban en Rumi; le mando una foto de su hermano sin que se diera cuenta para decirle que Rindou estaba en crisis, a lo que ella le respondió con una foto de la peli cobriza mirando su ropero y unos pantalones.
Se encontraban en las mismas.
Rió por lo bajo.
—Podrías dejar mi celular por un segundo y respetar la privacidad de mis mensajes para que me des tu opinión, animal—exclamo él de lentes con el ceño ligeramente fruncido.
Con una sonrisa bajo el teléfono para ver a su hermano—Te vez bien.
Estresado el de mechas azules le dieron ganas de extrangular al mayor por sus respuestas que siempre eran las mismas, no sugería u opinaba que se veía mejor o no. Y Ran sabía que lo molestaba.
—Si no me crees preguntale a la rata—dijo volteando a donde se encontraba el hamster comiendo al parecer una semilla—Estas muy gordo, unas cuantas semillas menos no te harían daño, bola de pelos. Lo alimentas demaciado, Rin, se podría morir por obesidad.
La razón de por que el animalito se encontraba en su casa es por que Rumi y Rindou se turnaban el cuidado ya que era "hijo" de los dos. Todos menos la Ishikawa estaban sorprendidos de como había durado el hamster con vida.
—Concéntrate Ran—le pidió en un suspiro—¿Cómo me veo?
—Horripilante—le respondió sin pensarlo. El cuarto quedó en completo silencio.
El menor de los Haitani jalo de los tobillos a su hermano para tirarlo de la cama e inmovilizarlo, pasando sus piernas por el cuello de Ran y con su brazo igual retenido por el mismo. Ambos hermanos forcejearon, con el de trenzas riendo y el de lentes con una sonrisa de satisfacción por haber ganado contra su hermano mayor.
—¡Ya, me rindo, tú ganas!—bramo ejerciendo fuerza para apartar a Rindou—Pero te sigues viendo feo.
En realidad no se veía mal, pero Ran solo quería molestarlo.
—Gracias.
—Un placer.
Se levantaron sacudiendo sus ropas, con el menor regresando a su armario y sacar su playera de manga larga, buscando otra cosa. Él de trenzas agarro el teléfono ajeno y entró al contacto de la novia de su hermano, "ratita" (vaya nombre con el que la agregó, pensó) le tomó una foto a la espalda tatuada de Rindou y se la mando a la chica, ya quería leer sus respuestas o ver su cara que ya imaginaba.
