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Hoy era el día de la tan esperada fiesta que desde hace semanas habían estado alardeando

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Hoy era el día de la tan esperada fiesta que desde hace semanas habían estado alardeando.

Un rubio se estaba arreglando su cabello en su cuarto, no tenía ganas de asistir pero por su linda novia lo haría. Estaba desconfiado de esos alumnos con los que se juntaban Rumi y Naoko, simplemente no les daban buena espina.

El día anterior cuando regreso a casa su hermano pregunto donde estaba, le respondió esquivando su pregunta cosa que no le gusto y terminaron enojados. Pensaba que Ran debía dejar de meterse en su vida amorosa de una vez por todas, lo que mantenía con Ishikawa realmente estaba funcionando y le gustaba.

Dejó sus lentes en la mesita y agarro su celular para guardarlo en su pantalón, antes de salir miro la carta que le dio cuando se confeso, sonrió al leer rápidamente por milésima vez lo que decía.

Nunca se cansaría de hacerlo. La escondió debajo de su almohada y salió de su habitación en silencio para que su hermano no se enterará; cabe decir que nunca le comentó que saldría y mucho menos cuando se pelearon y seguían sin hablar.

Agarro el repuesto de las llaves de la casa y se fue caminando, no llevaría su motocicleta ya que haría mucho ruido y podría despertar a Ran.

Vería a las chicas en la fiesta como acordaron, no estaba tan lejos de la suya cosa que era una ventaja para él por que no quería caminar demaciado.

Pensó que no sería complicado encontrarla, pero eso estaba a otro nivel; de las ventanas de la gran casa se distinguían las luces, la música que pudo oír desde una cuadra atrás y los jóvenes afuera que en la entrada que se quedan en la entrada platicando.

Sorprendentemente aún no llamaban a la policía, aún que la casa abarcaba demaciado terreno estaba seguro que los vecinas más serca nos podían escuchar el relajo que pasaba.

Entró buscando su única razón de presentarse en ese entorno que definitivamente no era de su agrado, prefería quedarse en casa durmiendo a estas horas de la noche.

Lo empujaron del hombro por lo que volteo.

—Perdón—se disculpó un temeroso chico que se fue corriendo.

Buscó la cabellera cobriza de su pareja al igual que la peli gris de su molesta amiga, recorrió por todo ese mar de adolescentes hormonales tratando de encontrarlas pero no lo hacía.

Pudo sentir el vibrar de su teléfono por lo que lo saco viendo el nombre de su hermano llamando—Que molesto—chasqueo la lengua colgando para guardarlo, pero otra llamada entró pero esta vez de un número desconocido, contestó fastidiado imaginando que sería su hermano—Si eres tú Ran solo debes saber que estoy bien y regresare a casa en un rato.

—Soy yo imbécil—exclamó una voz femenina—Escuchame bien Haitani por que no lo voy a repetir—habló seriamente Naoko.

—Espera, no puedo escucharte por la música—salió a la entrada donde podía oír mejor, pero también escucho exclamos de pelea de la chica con otra persona de fondo—¿Hola?

𝙋𝙚𝙙𝙖𝙯𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙢𝙞 𝙘𝙞𝙚𝙡𝙤 || 𝘙𝘪𝘯𝘥𝘰𝘶 𝘏𝘢𝘪𝘵𝘢𝘯𝘪 ||Where stories live. Discover now