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En silencio miran el techo de la habitación, acostados en un futon para nada cómodo, pero sin quejarse para mirar las nubes pintadas

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En silencio miran el techo de la habitación, acostados en un futon para nada cómodo, pero sin quejarse para mirar las nubes pintadas.

Rumi le había contado todo. Las cuentas sin pagar, la deuda de su padre desaparecido, con el dinero justo para vivir día a día y lo último de reservas del restaurante. Su cansada y amorosa madre ya no podía pagar todo por lo que tomó la desicion de regresar al campo con sus padres, llevando a su única hija.

Trato de ofrecerle dinero para que se quedarán pero como era de esperarse la chica lo negó con lágrimas apuntó de salir ya que no quería irse de la ciudad pero tampoco ser abusiva por la generosa suma debida. Por el sueño de su padre de vivir en un lugar muy costoso como lo era Roppongi acabaron en bancarrota, Rumi no lo culpaba, sabía del deseo de su progenitor y apostó todo corriendo el riesgo aun teniendo en mente que podría pasar eso.... Talvez huyendo cuando se dio cuenta que iban mal.

Él Haitani escucho cada palabra de la boca de su novia, y apesar de que su desgraciado padre se fue, ella no podía enojarse con el hombre que le dejó buenos valores, o bueno, los de una máscara ocultando sus pecados.

Acarició el pelaje del hamster acostado en su pecho descansando, compartiendo la "custodia" aún del animalito como en un inicio.

Rindou no sabía si era el momento indicado pero le contó más sobre su segunda vida fuera de la escuela, narrando los sucesos desde el principio.

Le alegraba en su interior que Rumi no lo juzgará por sus malos hábitos o las cosas más pertubantes que llegó a hacer desde los trece años, incluso las veces que paró en la cárcel por eso y otras cosas.

Al final terminaron desahogadose.

—Quiero quedarme, terminar mis estudios y entrar a la univerdad, amo a mis abuelos pero realmente me gusta estar aquí—murmuro Rumi, girando para ver el perfil del rubio que se había quitado los lentes al acostarse. Queriendo dejar a un lado sus problemas habló—Hace una semana te compre algo con mí propio dinero.

Miro como la chica se levantaba para buscar en su mochila y con la misma se acercó a Rindou, por lo que se sentó cargando al hamster entre sus manos.

—En un principio no sabía que darte, le pregunte a Naoko y me dijo algo sobre, ¿yoga? Luego pensé en un libro o unas lindas flores—comentó con las cejas fruncidas, extendiendo una caja alargada de terciopelo color vino y letras doradas de una marca—Tarde en decidirme pero finalmente lo logré.

Por la cabeza de Rindou paso la imagen de un anillo, descartando ese pensamiento abriendo la cajita encontrando un hermoso collar plateado, se veía un poco costoso.

—¿Cuánto pagaste por esto?—le cuestionó angustiado por lo que pudo gastar su novia y más con su ahora problema económico—Lo hubieras vendido y ganado dinero para pagar algo de la deuda.

Los ojos iluminados de la Ishikawa miraron sus rodillas al ser regañada, creyendo que al joven no le había gustado y por eso el comentario tan directo.

𝙋𝙚𝙙𝙖𝙯𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙢𝙞 𝙘𝙞𝙚𝙡𝙤 || 𝘙𝘪𝘯𝘥𝘰𝘶 𝘏𝘢𝘪𝘵𝘢𝘯𝘪 ||Where stories live. Discover now