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Atrapadas, un juego entre niños que consiste en que uno pique al otro y todos corran de esa persona.

El problema es cuando lo modifican para ocupar armas....

¿Lo bueno? No tiene balas de verdad pero si pequeñas bolitas de pintura que cuando impactarán al cuerpo te dejarían marcas y un pequeño dolor indicando que estabas fuera del juego.

—Bueno, por lo menos los trajes están increíbles—comentó Ran terminando de amarrar la última trenza.

Por otro lado Rindou pensaba como ganarle a un ex militar que participó en la guerra en su juventud, definitivamente sentía que iban a perder; ¿qué iban a hacer tres adolescentes pandilleros y una amable chica contra una persona capacitada para matar desde su nacimiento?

—¿Cómo olvidaron decir que era un militar?—cuestionó el de lentes apretando el puente de su nariz. De haber estado enterado de ese dato no habría jugado. Sabía cuando podría ganar y cuando no, estaban en mucha desventaja apesar de ser cuatro contra uno y no le gustaba la idea de perder.

La Ishikawa menor miraba a su pareja pensativo, se sentía un poco culpable por no haber agregado que su abuelo fue militar en sus años de juventud.

—Deja de llorar, tengo un plan, llevo un año esperando este momento para volver a jugar con él señor Toshio—ríe Naoko pisado el tronco con su bota llamando la atención de los cuatro—No volveré a perder.

Así es. Los hermanos Imaushi habían perdido contra el abuelo de Rumi y la peli gris no estaba dispuesta a volver a llevar esa horrible derrota en su vida, ella era una ganadora; miro a todos pero fijo su vista en la peli cobriza sonriendo con malicia.

—Tenemos el corazón de nuestro enemigo.

Los Haitani entendieron de inmediato, también sonriendo, ninguno quería perder, en cambio, por alguna razón, Rumi les devolvió la sonrisa tímida y al tener la atención de esos tres, sintiéndose pequeña entre titanes que sonreían de una forma extraña para ella. Quería decirles su plan, pero se mantuvo callada al ver la emoción de sus amigos, se sentía nerviosa, no quería romper ese ambiente por el plan de su mejor amiga que ambos hermanos consideraban perfecto.

Ella sería la carnada para su propio abuelo que era menos agresivo con ella.

—Él abuelo nos tiene que disparar a todos para ganar, Rumi-chan, tú abuelo no te dispara, ¿podrías ser él escudo humano mientras nosotros le disparamos?

Totalmente egoísta sonaba, pero confiaba en que el viejo nunca le dispararía a su nieta como la última vez

—No tengo problema con eso—respondió tímida aceptando de inmediato, sabía que podría ser de ayuda.

Con las cosas aclaradas se reunieron todos junto al mayor después de cambiarse, armarse y crear su "estrategia". Si no podrían dispararle al mayor debían resistir todo el tiempo establecido.

𝙋𝙚𝙙𝙖𝙯𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙢𝙞 𝙘𝙞𝙚𝙡𝙤 || 𝘙𝘪𝘯𝘥𝘰𝘶 𝘏𝘢𝘪𝘵𝘢𝘯𝘪 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora