13

424 49 36
                                    

La semana pasó volando y al fin es sábado, el día en que puedo salir tranquilamente con mi madre a hacer lo que se nos dé la gana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La semana pasó volando y al fin es sábado, el día en que puedo salir tranquilamente con mi madre a hacer lo que se nos dé la gana.

—¿Qué quieres hacer? —le pregunto a la mujer a mi lado.

—No lo sé —se encoge de hombros —Necesito un nuevo pantalón, pero de seguro harás mucho escándalo si te hago esperar.

—Eres demasiado lenta cuando ves ropa —me quejo.

—Comprarte ropa cuando niño era un caos —me da una mala mirada —y aun así te aguantaba.

—Porque soy tu hijo —le recuerdo.

—Un hijo odioso —se ríe —nunca te agradó que otra persona eligiera tu ropa.

—Algo me dice que estás usando esa jugada para que ceda a ir de compras contigo —me dedica una sonrisa inocente. —me rindo.

—¡Sí! —chilla como si fuera una niña pequeña.

Entramos a una tienda y durante la siguiente media hora, no le agrada ningún pantalón, por lo que tenemos que ir a otra tienda en busca de algo que le guste. Es tan indecisa y a pesar de que me estrese ir de un lado a otro mirando ropa que no es de mi agrado, me gusta verla feliz. Mi madre se perdió varios años de una joven normal por estar criando a un hijo, por lo que no me molesta que de vez en cuando actué como toda una cría.

—¿Ya estás lista? —volteo los ojos.

—Creo que me gusta el primero que me probé.

—¡Pero! —me quejo.

Siempre hace lo mismo, elegir lo primero que vio luego de dar mil vueltas y decir que no le gustaba, ni siquiera se porqué me sorprende.

—Si era un lindo pantalón después de todo —sonríe de manera inocente.

—Lo que digas, Walker —volteo los ojos —Mejor vamos por algo de comer. Muero de hambre.

—Tú eliges qué comer —me guiña un ojo.

—Cualquier cosa que me haga subir al menos un kilo —engancha su brazo al mío para comenzar a caminar —esto de la vida sana por los entrenamientos no me gusta —hago una mueca.

—¿Cuándo juegas de nuevo?

—A inicios de diciembre —le cuento —luego el siguiente equipo y así.

—Solo espero no verte en el suelo —hace una mueca.

Luego de ese partido en el que terminé en el suelo y con dolor de rodilla, me comporté como todo un bebé. Mamá me hizo de cenar, vimos una película y luego me dejó dormir con ella, el digno bebé de mami. Soy todo un crío con ella y creo que será así por largo tiempo, ya que dice que no está dentro de sus planes ser madre otra vez, al menos por ahora.

—¿Esa es tu amiga? —pregunta mi mamá.

Me giro en la dirección que mira mamá y efectivamente es Emma quien está a unos metros, junto a una mujer que da la espalda en nuestra dirección. Danna, es Danna y si mi mamá la ve, dejará florecer ese rencor que le guarda, pero que ignoró luego de salir del colegio.

Las Notas De Bruno #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora