Las Notas De Bruno #2

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—¿Te habían dicho que te ves hermosa con esa ropa? —le pregunto a Emma.

—No, porque nunca había usado algo tan ridículo.

—¿Ridículo? —digo ofendido —Mi ropa es hermosa.

—Pero a mí se me ve ridícula —voltea los ojos.

—Eso pasa porque eres muy pequeña —me burlo.

—¡No te burles de las pequeñas! —la defiende mi madre desde el mesón.

—Enanas —volteo los ojos.

Esas dos mujeres son como dos pequeños puntos, ya que ambas miden lo mismo, lo que por alguna razón me hace bastante gracia.

—Mejor déjame escuchar la televisión —se queja Emma.

Estamos viendo EndGame, ya que a Emma le causó curiosidad la referencia que hice en mi primer cuaderno negro.

—No quiero que quemen el departamento —nos advierte mi mamá —y si salen, se cuidan.

—A la orden, Walker —sonrío —Y tú no bebas mucho.

—Aquí yo soy la adulta.

—¿Adulta? —digo en tono burlón —solo eres unos años mayor.

—Adiós, Bruno —dice fulminándome con la mirada.

—¿Bruno? —arqueo una ceja.

—Bruno —repite —Cuando te vuelves un odioso no eres mi bebé.

—Odiosa tú —me quejo.

—Adiós, Emma —dice ignorándome.

—Adiós, Sarah —le responde ella.

Me quedo mirando a Emma con mala cara, pero a ella parece no afectarle. Arquea una ceja esperando a que diga algo, pero sólo le muestro mi lengua.

—¿Qué tienes, inmaduro? —voltea los ojos.

—Siento que te gusta ver como mi madre se pone en mi contra para defenderte —dejo caer mi cabeza en sus piernas.

—Solo disfruto ver como te cabreas por boberías —se ríe.

—Sili disfriti vir cimi ti cibriis pir bibirias.

—Madura, Bruno.

—¿Bruno? —arqueo una ceja.

—Yo no te diré bebé —se queja.

—Tampoco espero que me digas bebé, Campanita —le guiño un ojo —me gusta el estúpido nombre de fresita, mientras no lo uses en público.

—Bueno, fresita, me has hecho perder el sentido de la película.

—¿Te parece si hacemos otra cosa?

—¿Qué tipo de cosa?

—Hmm... déjame pensar —paso mi mano por mi mentón —¿Te gustan los productos de belleza?