Un golpe en la cabeza me hace abrir los ojos, para encontrarme con una Emma bastante más despeinada de lo normal, de lo cual me habría reído, pero estoy tan confundido con su golpe, que decido ignorar que sería una linda espantapájaros.
—¿Qué te pasa? —me quejo.
—Van a ser casi las 8 de la mañana y tú sigues durmiendo como un bebé en mi cama —se cruza de brazos.
—¿Qué? —despego mi cabeza de la almohada y veo el lugar iluminando.
—Tu mamá llamó preocupada a eso de las 2 a.m. —me extiende mi celular —Tuve que decirle que estabas conmigo.
Merda ¿Qué se supone que le diré a mi mamá? De seguro va a pensar que estaba haciendo más que dormir, lo que será un poco vergonzoso.
—¿Qué le dijiste exactamente? —pregunto entre un bostezo.
—Que te quedaste dormido —se encoge de hombros —Y ahora te tienes que largar o mi padre te encontrará aquí.
—Oh, verdad —vuelvo a bostezar —¿Segura que mamá llamó? —pregunto sin creer —Es imposible que no haya escuchado.
—Si no me crees, revisa tu registro de llamadas —voltea los ojos —y te lo repito, vete antes de que alguien entre.
—Claro, claro —me pongo de pie y caigo en cuenta que estoy sin zapatos.
—No iba a dejar que ensuciaras mis sábanas —dice Emma antes de que pueda preguntar.
—Ah —digo aun un poco confundido.
¿Cómo es posible que no haya sentido nada de eso? No es como que ayer hubiera hecho la gran cosa para sentirme tan cansado y dormir como tronco.
—¡Bruno! —chilla en voz baja —Muévete.
—Aun estoy un poco dormido —me quejo mientras camino al ventanal —¿Puedo venir a verte otro día?
—¿De noche? —asiento.
—Después de la guardia nocturna de las 11 p.m. —le sonrío —Yo veré que le digo a mamá para salir.
—Oye —me toma el brazo y me detiene —No le mientas a tu mamá —la miro un poco confundido —Ella... ella... ella sabe que pasa con mi padre.
—¿Qué? —cuestiono con el ceño fruncido.
—Necesitaba conversar con una figura materna —se encoge de hombros —Y el día que estuve en tu casa desperté temprano al igual que tu madre. Tuvimos un poco de tiempo para conocernos.
—¿Algo más que deba saber?
—Por ahora lo único que necesitas saber es que mi papá tiene una escopeta —mis ojos se abren de golpe y el sueño abandona mi cuerpo —Y no le gusta verme con chicos.
ESTÁS LEYENDO
Las Notas De Bruno #2
Teen FictionLas hojas en blanco eran mi refugio, dejar mis pensamientos a través de las letras me mantenía cuerdo por la vida. Las notas de Bruno eran mi verdadero yo, sin embargo, de un momento a otro ella comenzó a llenar mis hojas en blanco con su sonrisa, p...