62

359 52 68
                                    

¡Muévete, Bruno! Grita mi subconsciente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Muévete, Bruno! Grita mi subconsciente.

Tomo mi celular y pauso la nueva canción que estaba comenzando a sonar para salir detrás de ella, quien al sentir que voy siguiéndola acelera sus pasos, algo realmente inútil.

—Emma —la detengo y noto que está llorando —Oye, oye —apoyo mis manos en sus hombros para intentar detenerla —Calma.

—Déjame, por favor —se intenta apartar.

—Lo siento si te incomodé —la detengo —Pero no me voy a disculpar por arriesgarme, pero si no es lo que quieres puedo olvidarlo y no volver a preguntarlo.

—No, Bruno —niega con la cabeza —No es eso.

—¡¿Entonces qué es?! —suelto un poco más fuerte de lo que pretendía.

—Son muchas cosas en mi cabeza —sigue negando con la cabeza —No quiero una carga más en tu vida.

—Tú no eres una carga en mi vida —le aseguro.

—Me voy —dice de golpe —Me voy a Escocia —una nueva lágrima corre por su mejilla y odio que eso se contagie en mí, sintiendo la necesidad de dejar que mis ojos se cristalicen.

—Eres mayor de edad —intento espantar mis lágrimas —No te puede obligar.

—No me obligó —dice dejándome estático —Yo lo decidí así —me rodea de la cintura, pero no soy capaz de corresponder —Lo siento.

—No... no puedes hacerme esto —dejo la maldita lágrima empapar mi mejilla, pero sin responder a su acción sobre mi cuerpo —Prometiste no dejarme.

—Lo siento —repite una vez más en un sollozo —No me odies —y esas tres palabras me hacen salir de mi especie de pequeño trance.

La rodeo en mis brazos y eso solo provoca que sus sollozos aumenten mientras dejo suaves besos en su cabellera rubia.

—¿Quieres olvidarte de todo por esta noche? —le pregunto —Seamos dos jóvenes disfrutando de su noche de graduación.

—¿Crees que eso pueda ser posible? —se separa un poco para mirarme al rostro.

—Podemos intentarlo —intento sonreírle.

—No te merezco —dice en voz baja.

—Ni yo a ti —apoyo mi frente en la suya —Pero aquí estamos, como dos locos desafiando al destino.

—¿Quieres entrar y concederme una pieza de baile? —sonríe de medio lado, pero aun se ve reflejada la tristeza en ella.

—No me podría resistir a una propuesta así —cierro mis ojos —Pero tengo una condición.

—¿Cuál?

—Que me des el mejor beso de la vida.

—No me podría resistir a una propuesta así.

Las Notas De Bruno #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora