58

385 44 39
                                    

Le doy una mala mirada a Clemente, quien no ha dejado de cantar desde que ingresamos al vestidor que nos prestó el colegio anfitrión

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Le doy una mala mirada a Clemente, quien no ha dejado de cantar desde que ingresamos al vestidor que nos prestó el colegio anfitrión.

—¿Podrías cerrar la boca? —me quejo.

—No seas amargado —responde.

—Me estresas, bro.

—Ya nos tienes un poco cabreados, Clemente —le dice Willy.

—Son unos aburridos —se queja mi amigo. —Mejor me iré donde Ava.

Se pone la camiseta y sale del lugar cantando a gritos, por lo que me giro a mirar a Willy y ambos volteamos los ojos. 

—Últimamente está muy feliz —murmura Willy a mi lado.

—Demasiado —le aseguro.

Y eso tiene una simple explicación llamada Ava Gallegos, porque sí, la chica lo hace bastante feliz. Dejando de lado el hecho de que son como dos conejos, cuando están compartiendo frente al resto se muestran muy a gusto, además que se nota que intentan protegerse entre ellos, sobre todo ahora que parece ser más serio y que Luciana anda de odiosa en todos los rincones.

También hay que agregar el hecho de que Alan se ve bastante feliz con su chico de la guitarra y que uno de sus pasatiempos favoritos es ir a encerrarse en los recesos al salón de música para tocar juntos, por lo que Emma ya no puede usar su guarida para estar un rato sola, aunque al parecer ya no le gusta estar sola. Su nuevo lugar es la azotea y cada vez que va a estar ahí, me envía un mensaje por si quiero hacerle compañía, algo a lo que acepto gustoso. 

—Iré a saludar a Emma antes de que comencemos a calentar —le digo a Willy.

—Oye —me toma del brazo antes de que pueda moverme —¿Sabes si la amiga de tu chica tiene novio?

—¿Fallon? 

—Ella.

—Creo que no —respondo —¿Por qué lo pregun...? Ya entendí —me río —Veré si puedo averiguar algo.

—Gracias —me guiña un ojo.

Tomo mi celular de la banca y lo escondo en el borde de mi pantalón para irme camino a las gradas, donde Emma conversa con Fallon de vaya a saber Dios qué cosa.

—Hola —las saludo sentándome al lado de la rubia.

—Hola —responde Fallon con una sonrisa.

—Hola —me dice Emma al momento que paso mi brazo por sobre sus hombros.

—¿Están aburridas?

—No —responde Fallon —La charla estaba bastante divertida.

—Por cierto, Fallon —miro a la castaña —¿Me harías un gran favor? 

—Vale.

—¿Podrías ir al vestidor a preguntarle a Willy si tomó mi celular? —digo con una sonrisa inocente —Acabo de subir y me da pereza bajar.

Las Notas De Bruno #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora