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Emma se quita la mochila y la cuelga en la silla de mi escritorio para luego sentarse en un borde de la cama con su mirada clavada en el lugar donde están los cuadernos

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Emma se quita la mochila y la cuelga en la silla de mi escritorio para luego sentarse en un borde de la cama con su mirada clavada en el lugar donde están los cuadernos. Al parecer quiere ir directo al grano.

—¿Segura que no quieres otra cosa? —le pregunto.

—Segura.

—Agh —volteo los ojos.

Saco mi cuaderno actual y lo pongo junto con los cuadernos del colegio, porque no permitiré que lea ese, ya que sería bastante información, aunque la verdad es que con todos obtendrá mucho. Sin embargo, si escoge el primero, tendrá una visión de mi yo un poco más inmaduro, con lo que podría defenderme.

—Elige uno de esos —los señalo.

—¿Qué hay de ese? —pregunto mirando el que está en mi mano.

—No está terminado —digo de manera relajada, para evitar aumentar su curiosidad.

—¿Seguro que no escondes algo?

Abro el cuaderno en mis manos y le muestro que aún quedan varias hojas en blanco.

—Si quieres te puedo dar este —se lo extiendo —Para mí es mejor que veas uno incompleto.

—Quiero el que está arriba —señala con su dedo.

El primero que escribí.

Tomo el cuaderno negro y lo abro en la primera página, recordando la vez que le pedí a mi madre que escribiera con su letra.

—Deja tus pensamientos —lee Emma en voz alta al tener el cuaderno en su poder.

Hace dos días encontré un cuaderno escrito por mi padre, del cual no estaba enterado. Mamá lo tenía oculto en un rincón de sus cosas y como estaba solo en casa, decidí leerlo.

En cierto punto siento que leer lo que él pensaba me ayudó a conocerlo un poco, a pesar de nunca haberlo visto. Ver qué pensaba del mundo me hace plantearme que es lo que yo pienso del mundo a mi alrededor. Además, me ayudó a comprender un poco mejor cómo fue su relación con mamá y como la veía. Ojalá algún día yo pueda escribir sobre "una enana en quien no confío".

Saco de la mochila el cuaderno negro y el lápiz de tinta que compré en la librería luego de salir del colegio. Camino en dirección al salón, donde está mamá ordenando y me paro frente a ella esperando que note mi presencia por su propia cuenta.

Las Notas De Bruno #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora