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Me siento en el sofá pequeño y clavo mi mirada en mamá, quien se encuentra sentada en el sofá de enfrente. Estos días no se ha sentido bien, así que durante las noches me siento a observarla por largos minutos, para estar presente en cualquier malestar que pueda tener. Sin embargo, en este momento me siento entre la espada y la pared, porque no la quiero dejar sola, pero es el cumpleaños de Alan y tampoco quiero dejar a mi mejor amigo tirado en su día.

—¿Podrías dejar de mirarme como un psicópata? —dice mamá riendo.

—Sólo me preocupo por ti.

—Yo soy la adulta aquí, yo me tengo que preocupar por ti.

—Lo sé —le doy la razón —pero también me gusta cuidarte —me encojo de hombros —Sabes que puedo quedarme contigo.

—Lo sé —asiente —pero no voy a permitir que dejes tirado a tu mejor amigo.

—Pero mamá...

—No hay peros —me interrumpe —aparte ya me encargué de decirle a Dooley que venga —se ríe —sabía que actuarías como un pequeño papá.

—Sigo sin ver a Dooley —miro a todos lados.

—Si quieres te doy mi celular para que compruebes que viene —me extiende el aparato —No me pasará nada por estar unos minutos sola.

—Walker...

—No intentes actuar como adulto —me señala con el dedo —Sigues siendo menor de edad y yo tu madre, así que como madre te ordeno que te largues al cumpleaños de Alan.

—Ayer llovió, podría tomar un resfriado.

—Ya vete, Bruno.

Volteamos los ojos al mismo tiempo y me voy a mi pieza para cambiarme ropa de manera lenta, ya que así espero para ver que Dooley llegue a casa.

Al escuchar la puerta salgo de mi habitación y me encuentro con el pelirrojo sentado en el lugar donde estaba yo hace unos minutos.

—Hola tío —lo saludo.

—Hola —responde con una sonrisa —Luces bien.

—Como siempre —le guiño un ojo.

—Ya comenzaste a actuar como un egocéntrico —voltea los ojos.

—Aun así me aman —me encojo de hombros.

—Y ahí está una vez más su ego —dice mamá riendo.

—Al parecer al parcito no le agrada mi presencia —digo haciéndome el ofendido —así que me retiro.

Me acerco a darle un sonoro beso a mi madre y luego un rápido abrazo a mi tío. Esos dos tenían pinta de ocultarme algo, pero haré como que no lo noté, porque ahora tengo que centrar mi atención en mi mejor amigo.

Las Notas De Bruno #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora