53

360 45 29
                                    

A pesar de que las cosas entre Ava y Clemente salieron bastante bien, el día de hoy ella se sentó junto a Alan, quien por cierto me ha ignorado y me responde de manera cortante cada vez que intento hablarle

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A pesar de que las cosas entre Ava y Clemente salieron bastante bien, el día de hoy ella se sentó junto a Alan, quien por cierto me ha ignorado y me responde de manera cortante cada vez que intento hablarle.

La clase termina y Ava se pone de pie para tomar su cabello en una coleta alta, porque el día de hoy el sol amaneció iluminando más de lo normal. Clemente se queda como un descarado mirando el trasero de Ava, por lo que le doy un empujón para molestarlo.

—Disimula —me burlo.

—¿Todo bien? —pregunta Ava girándose a mirarnos.

—Todo bien —responde Clemente con una sonrisa inocente.

—Vamos a dar una paseo —le dice Ava a Clemente.

—La jefa ha dado una orden —dice Clemente poniéndose de pie.

En cuanto el parcito sale, Alan se pone de pie para salir del salón. Al parecer quiere seguir ignorándome por vaya a saber Dios qué cosa.

—Alan —me levanto para seguirlo —Alan —repito y como es de esperar, me ignora. —¡Alan! —suelto un poco más cabreado.

Al ver que no tiene intenciones de detenerse, le doy un empujón para dejarlo estampado en los casilleros, aunque creo que mi acción fue más fuerte de lo que esperaba.

—¿Qué te pasa? —le pregunto.

—Déjame, Bruno —se queja.

—¿Qué te deje? —digo incrédulo —Estos días has actuando frío conmigo ¿Qué te hice?

—Nada —dice entre dientes —No me has hecho nada.

—¿Entonces?

—Eres mi mejor amigo, pero te me haces un maldito idiota —dice un poco molesto.

—¡¿Qué mierda te pasa?! —suelto enojado.

—¡¿Qué mierda te pasa a ti?! —me da un empujón para apartarme de él —Te has vuelto un maldito mentiroso —me da otro empujón —Quizás un día de estos me digas que me ahorre el discurso de moralidad.

Y ese simple comentario me hace caer de golpe a la realidad. Esas son las mismas palabras que usé hace unos días atrás con Emma.

—¿La estás defendiendo? —no responde —¡Soy tu mejor amigo!

—¡¿Y eso que?! —grita —Es mi puta vida, Bruno. Yo decido a quién apoyar y a quién no.

—¡Eres increíble! —suelto enojado.

Sé que no debería enojarme por esto, porque a fin de cuentas Alan tiene razón, pero aun así me molesta un poco que no quiera estar a mi lado, a pesar de que me merezco el desprecio de él y de cualquiera.

—Háblame cuando madures un poco —dice de mala gana y comienza a alejarse de mí.

Miro a mi alrededor y un grupo de chicos mira de manera curiosa en mi dirección.

Las Notas De Bruno #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora