1.- (Des)preocupado

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—¡Levántate!

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—¡Levántate!

Esta es la quinta vez que me encuentro golpeando la puerta de la habitación de mi hermano. Realmente estoy intentando que la rabia no me gane, pero, por Dios, qué difícil me lo hace. Quizá si me enojo de verdad golpearé con fuerza suficiente como para hacer que las bisagras de la puerta cedan... Nah, puede que esté exagerando. La verdad es que no soy tan fuerte; Dios me dotó de varios dones y la fuerza física no es uno de ellos.

Nuevamente golpeo. Ya no uso los nudillos, sino que todo el puño. Sexta vez y el enano no se ha dignado a hacer acto de presencia. Y es que a mi hermano un tractor podría pasarle por al lado y ni con eso se va a despertar. O tal vez ni siquiera está durmiendo. No tengo idea. Quizá se está... tocando, y por eso no sale de su cuarto. No sería la primera vez que lo encuentro así, en todo caso. Ve demasiado porno. Varias veces lo he pillado haciendo eso y no sé si quiero darme aquel espectáculo una vez más. Así que, a pesar de que no me faltan las ganas de forzar la cerradura de su puerta, prefiero evitar el tener que encontrarlo de nuevo mirando el celular y sacudiendo la nutria como si no hubiera mañana.

¿Y si lo dejo ser? No, no puedo hacer eso. Ugh, ¿qué diantres debería hacer? ¡Son las siete AM! ¡Si no sale ahora, va a llegar tarde! Y no puede llegar tarde en su primer día de clases. Mamá y papá me lo encargaron. Me lo repitieron cinco veces ayer por videollamada y diez por mensajes de texto. Fueron enfáticos al decir que lo sacara a rastras de la cama si era necesario, porque el idiota no se podía perder la oportunidad de estudiar arquitectura en SKKU. Claro que lo de idiota lo añado yo, ahora que estoy enojado. Sé que no debería llamarlo así tampoco, y mamá y papá jamás llamarían idiota al idiota, por supuesto. Para ellos, mi hermano es como un triste angelito confundido. Para mí, en ocasiones como estas, es un niñito mimado y desconsiderado.

El cómo quedó seleccionado en SKKU sigue siendo más o menos un secreto para mí. ¿Acaso mamá y papá le habrán pagado a alguien para que lo dejaran pasar?

No. No creo que sean así de deshonestos.

—¡TAEMIN LEVÁNTATE YA!

Séptima vez. Ni siquiera escucho alguna señal de movimiento dentro del cuarto. ¿Por qué estoy perdiendo mi tiempo así? Alguien con un mínimo de amor propio ya habría desistido. Pero yo no puedo desistir tan fácil con él. Sí, TaeMin es un cretino a veces —o la mayoría del tiempo—, pero es mi hermano y no voy a permitir que siga desperdiciando su vida de esta forma.

Vuelvo a golpear, esta vez más suave. Tal vez no contesta porque está ansioso e inseguro. Eso es plausible. Dudo que le haya pasado algo malo como, no sé, una intoxicación con drogas. Mi hermano es terco, sí, pero drogas no consume, al menos no que yo sepa. Supongo que ya me habría dado cuenta de algo así a estas alturas. Creo que tan necio no soy.

Pero... ¿Y si me equivoco?

¿Estará bien?

¿Necesitará ayuda?

〈 La Habitación Blanca 〉Where stories live. Discover now