11.- ¿Quién necesita diplomacia?

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Desde mi llamada a MinHo en el hospital, no he vuelto a saber de él

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Desde mi llamada a MinHo en el hospital, no he vuelto a saber de él. Ni un mensaje insidioso de su parte, ninguna pregunta surgida de la paranoia, nada. Supongo que es mejor así, porque escuchar su voz de nuevo me alteraría un poco. Tanto en el mal como en el buen sentido de la palabra.

En el mal sentido, porque me enojo. En el buen sentido, porque me divierto. Me nace ser cruel con él. Me da risa imaginarmelo desesperado, dando vueltas por su apartamento, buscando cámaras que jamás han existido allí. Es que hay que ser muy imbécil como para creerse algo como aquello, ¿verdad? Pero MinHo es imbécil. No se le puede pedir algo diferente.

De momento, he estado bien. Aproveché mi estadía en el hospital para que me hicieran exámenes para chequear si me he contagiado algo en el último tiempo y salí limpio de todo. Cada tres meses lo hago, sólo por si acaso. No me arriesgo a contraer nada. Lo que menos quiero es agarrarme herpes, gonorrea, clamidia, sífilis, VIH, VPH y el largo etcétera que le sigue a esa lista. Pero a veces los condones fallan. Por lo mismo también he estado pensando en hacerme la vasectomía. Pregunté en dos lugares ya, pero me cerraron la puerta en la cara cuando supieron mi edad. Supongo que tendré que probar suerte más adelante para evitar dejar embarazada a alguna muchacha. Sé que eso no evita las ETS, por supuesto, pero prefiero tener seguridad doble en caso de cualquier cosa, porque uno aprendió a ser medianamente responsable después de casi-cagarla en el pasado.

Por ahora me tiene tranquilo saber que estoy limpio y en mi zona de confort. Llevo una semana en casa y estoy logrando caminar bastante sin marearme. No he vomitado hace dos días y puedo enfocar bien la vista, aunque esta se me cansa rápido. Me duermo a las diez, como el niño bueno que soy, y me despierto a las 8.30AM para mis clases y... bueno, las clases comienzan a las 8.30, así que yo entro a las 8.35AM. Unos minutitos no le hacen daño a nadie, ¿verdad?

Le pedí a unos compañeros de la u que hablaran con los profesores para que autorizaran a que me transmitieran las clases de forma virtual. Como soy encantador, todos accedieron. Le entregué una cámara a una compañera, y ella la conecta a una computadora. Desde allí sigo lo que hacen. No me gusta quedarme atrasado ni sentir que me estoy perdiendo de algo.

Ignorance is the parent of fear.

A TaeSun no le hizo demasiada gracia en un comienzo, porque dijo que yo tenía que descansar. Pero sé que se sintió orgulloso cuando vio con sus propios ojos que estaba atendiendo a una de mis clases. Se sentó junto a mí para escuchar lo que decía la profesora y, con el transcurso de los minutos, comenzó a verse cada vez más suspicaz.

Yo estaba nervioso, debo admitirlo.

—¿Esto les pasan en arquitectura? —susurró en algún momento.

Por supuesto que Escritura Artística no es algo que se encuentre en el currículum de Arquitectura. Mi hermano no es estúpido.

Me aclaré la garganta, me acomodé en la cama y, como de costumbre, me encogí de hombros.

〈 La Habitación Blanca 〉Where stories live. Discover now