19.- Geografía para borrachos

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No quiero creerle ninguna palabra a TaeSun

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No quiero creerle ninguna palabra a TaeSun. Fueron diez minutos de gritos y culpas y prefiero pensar que mi hermano no hizo nada malo. Mi hermano no habría sido capaz de golpear a nadie. Él no mataría una mosca. Mi hermano es un muchacho correcto, organizado, talentoso, responsable, pacífico y bondadoso. Él jamás habría agarrado a patadas a TaeMin hasta la inconsciencia y, mucho menos, lo habría dejado a su suerte al pensar que estaba muerto.

TaeSun escuchó mi parte de la historia también. Le dije que TaeMin estaba haciendo un berrinche y que le pidió a mi hermano que se hiciera el enfermo para que sus papás se quedaran en casa. No pareció creerme, aunque sonó menos renuente que yo. A todas luces. él sí es consciente de que su hermano es un crío caprichoso y manipulador, lo cual me juega a favor.

Pero si juntamos ambas piezas del puzzle... la historia tiene un poco de sentido, ¿verdad?

No, no.

Mi hermano jamás le habría hecho eso a TaeMin, porque mi hermano no es un jodido animal. Y mucho menos habría estado besuqueándose con ese niñato horrible, porque mi hermano no es un maldito maricón de mierda.

Mi hermano es normal, como corresponde. Le ha costado encontrar una chica lo suficientemente buena porque tiene estándares altos, ¿a que sí? Lo mejor para el mejor. MinHo encontrará una chica hermosa, diligente y preocupada que lo ame y que le dé una familia como merece. Ella cuidará muy bien de los niños, será atenta y cocinará delicioso y MinHo va a proveer como todo buen hombre tiene que hacer. Así como papá hacía.

Mi hermano no es maricón.

Mi hermano sólo necesita tiempo.

Suspiro y me froto el rostro varias veces. Estoy esperando a que MinHo llegue. Me dijo que se reuniría con unos cuantos amigos, y que me avisaría cuando viniera camino a casa. Y me avisó, claro. Desde entonces ha pasado media hora y debería estar por aparecer. Pedí comida para los dos porque los ánimos no me dieron para cocinar y ya se está enfriando.

Más le vale aparecer pronto.

—¿MinSeok?

Pasan cinco minutos y MinHo llega. Justo me había movido a mi cuarto para poner a cargar mi celular, pero salgo a recibirlo de inmediato a la entrada del apartamento. Mi hermano me mira y me sonríe. Yo sólo lo observo con cautela. Está agarrando su celular firmemente. Tiene la ropa bien puesta, no parece agitado. Todo está en orden, excepto por...

—¿Y eso? —Apunto brevemente hacia una sospechosa marca que tiene en el cuello.

No le quiero creer a TaeSun.

No le quiero creer a TaeSun.

—¿Qué... qué cosa?

De inmediato se altera. Se mira, se toca el cuello y el pecho. Está confundido y busca respuestas en mi mirada, pero intento permanecer lo más impertérrito y tranquilo posible.

〈 La Habitación Blanca 〉Where stories live. Discover now