One-Shots Inazuma Eleven e Inazuma Eleven GO

Njord Snio - Sonrisa

Iba caminando despacio, de vuelta a mi casa. Tuve que ir al dentista, ya que el aparato me estaba molestando un poco en los últimos días, y soportarlo ya se me dificultaba. Tras esa visita, pudieron arreglarlo, haciendo así todo mucho más llevadero.

Si tan solo pudiese ser más rápido... Me avergonzaba mi sonrisa. Por este pensamiento, inconscientemente llevé mi mano a mi boca, cubriéndola. Estaba absorta en mis pensamientos, hasta que una suave melodía hizo que reaccionase.

Era una llamada de mi teléfono, pero el tono de llamada era diferente. Debía de ser Njord... Tan solo él tenía uno diferente al de el resto.

Agarré el pequeño aparato, respondiendo lo más rápido posible.

—¿Sí?—le dije.

—Aria, ¿dónde estás?

¿Dónde estoy? Pero si le dije que iba al dentista...

—Volviendo del dentista. ¿Por qué lo preguntas?

—¿Dentista?—me respondió, algo confuso—. ¿No tenías que ir mañana?

—No, Njord... Era hoy. ¿Te has confundido?

Le escuché suspirar al otro lado de la llamada.

—¿Njord?—cuestioné.

—Alba, dime que hemos quedado hoy y no mañana.

Ahora pude comprender la situación, y no pude evitar soltar una pequeña risa.

—No, Njord... Hemos quedado mañana. ¿No me digas que te has preparado ya?

—Estoy hasta en el sitio... No puede ser que me haya liado...

Volví a reír un poco, mirando el reloj. Si me apresuraba, tal vez podría llegar rápidamente a verle, y aprovechar la tarde que restaba con él.

—Espérame ahí—le dije—. Volveré rápido. Salgamos hoy.

—Oh, ¿seguro? Si no, nos vemos mañana... No pasa nada.

—Tranquilo. Estoy ahí en nada. Te veo pronto.

Concluí la llamada, y no pude evitar sonreír un poco ante la situación. Njord era muy disciplinado en los entrenamientos y jugando al fútbol, pero en la vida cotidiana a menudo se confundía.

Intenté apretar el paso, aunque a veces se complicaba debido a la nieve que cubría gentilmente el suelo. Acabé acurrucándome ligeramente en mi bufanda, buscando algo de calidez entre el frío diciembre que transcurría.

No pude llegar tan rápido como quería, ya que no estaba en mi mejor forma, pero era lo mejor que podía hacer.

Entre el tumulto de gente en la plaza, busqué a Njord con la mirada, aunque no tuve suerte al comienzo. Andé por el lugar, buscándole, sin mucho éxito.

"Quizás, ya se ha ido...", pensé tras un rato.
Sí, seguramente. Dudo que quisiese esperarme con tanto frío... Además, ni siquiera soy alguien tan especial.

Me paré, girándome sobre mis talones, encontrándome de bruces con Njord, quedando algo sorprendida.

No esperaba encontrarme con su rostro tan de repente, por lo que me sonrojé ligeramente al verle. Él, simplemente sonrió.

—Aria... Ya creí que no te encontraba—me dijo, manteniendo su sonrisa.

—Oh, Njord...—murmuré, apartando la mirada. Me sentí culpable, ya que pensé que se había ido. Pero no, él se quedó esperándome, a pesar de lo que tardé.