Njord Snio (II) - Batido de frutas

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Fue como una rutina. Todos los días, a las 12:00 de la noche, Njord y yo íbamos a ver los copos de nieve caer. Pero aquel día no pudimos.

—Te dije anoche que te abrigaras más —Njord estaba sentado junto a la ventana de mi habitación y jugueteaba con un sobre de medicina en sus manos.

—Cállate.

En efecto, aquella tarde me entró una gripe maravillosa, es más, tenía una infección tremenda en la garganta y la fiebre demasiada alta. No solo eso, había gastado ya unos 4 paquetes de pañuelos.

—Te lo dije y no me hiciste caso —tenía una sonrisita algo cínica y se sentó a mí lado, encima de la alfombra.

Yo estaba en un cojín gigante, con una manta que él mismo me regaló, al lado de una estufa. Me tenía que tomar esa medicina sí o sí, pero sabía fatal.

Njord preparó aquel mejunje del demonio y me lo ofreció.

—Mira, lo que yo hacía cuando me ponían pescados en mis obentos para clase, era taparme la nariz y pensar que estaba bueno.

—Recuerdo tus llantos en clase cuando veías el pescado.

—No lo hagas.

Tomé el vaso con dicho contenido y lo miré. De veras, hubiera preferido 61939 veces antes tomarme una pastilla, pero Shawn me trajo eso de la farmacia.

Sorbí momentos antes de tomarme aquella aberración proveniente del mismo infierno, y noté que Njord se divertía por la expresión en su rostro. Al tomar aquello, tuve que poner una cara extraña, por la gran carcajada que dio mi supuesto... amigo con derechos.

—Madre mía Elsa, tu cara ha sido tan divertida que pagaría por volver a verla.

—Ojalá tuvieses que tomarte este brebaje asqueroso.

—Ostras... que mal...

Njord se levantó y se desperezó ante mí. Avanzó hacia la ventana y apoyó su mano en el cristal, mirando fuera. Estuvo durante unos segundos ahí, sin hacer nada.

—Me da pena no poder ir a aquel sitio como siempre. Era una rutina.

—Njord, serán unos días, estoy fatal...

Giró su cabeza para mirarme.

—Además, no deberías estar aquí, hoy tenéis entrenamiento.

—Hoy prefería pasar mi tiempo contigo.

Si me sonrojé no me di cuenta, por la fiebre y por el calor que ya tenía. Aún no me bajaba la maldita fiebre.

—Mira, sé que esto te va a sonar súper ñoño y esas cosas, pero... tengo la necesidad de decírtelo.

Me imaginaba por donde iban los tiros, pero realmente no estaba preparada. Por favor, claro que no, NO LO ESTABA. Y encima CON FIEBRE.

—Ya... hace mucho tiempo pues que llevamos viéndonos y eso, no sé, es como... ya sabes... o sea...

Njord me parecía muy mono así, por lo que sentí cierta ternura. Tampoco era un chico que expresase mucho sus sentimientos, aunque cuando quedábamos a las 12 hablábamos bastante. Incluso si no nevaba nos quedábamos, da igual, era una mera excusa para vernos las caras. Bueno, y besarnos. Era raro, ya que en clase y cuando salíamos con amigos actuábamos tan normales, pero luego, cuando nos veíamos a solas éramos más cariñosos. Y eso que no estábamos saliendo juntos.

—Venga, Njord, tú puedes.

—Sh, no me cortes el rollo —se agachó frente mí y me puso un dedos en los labios mientras agachaba la cabeza—. Lo que venía a decirte es que... ya que hacemos prácticamente lo que hace una pareja...

One-Shots Inazuma Eleven e Inazuma Eleven GOWhere stories live. Discover now