Héctor Helio - Colores en el cielo

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。・°°LEED ABAJO°°・。

Héctor's POV

Fue en aquella noche. Aquella noche, en la que el cielo estaba iluminado de estrellas, de miles de estrellas y estelas de colores.
Aquellos preciosos fuegos artificiales que hacían brillar sus ojos un sinfín de veces.
Aquellos ojos azules. Pero, no eran ningún azul claro como el agua.

Era un azul tan profundo como el océano, como el espacio. Eran un azul oscuro en el que se podía apreciar aquella inmensa lluvia de chispas.

Pasé la mirada a su pelo largo y oscuro, que se mecía al compás de la agradable brisa que había aquella cálida noche de verano.
Volví a mirar su cara, su nariz afilada, sus labios quemados y un tanto brillantes por el bálsamo que se había aplicado, su piel un tanto morena, sus mejillas tornadas de rosa.
También me fije en los pequeños saltos que daba cada vez que un fuego acababa su recorrido y estallaba.

Yo le miraba.

Y ella me miró a mí.

—Gracias por venir, Héctor. Este día ha sido genial.

Ella me mostró su gran sonrisa, y me acerqué a su oído para decirle algo. Algo que hizo que sus mejillas tornasen a más rojas y me mirase con los ojos brillantes. Por su propio brillo natural y el de los fuegos.

Haru's POV

Miraba como Héctor entrenaba junto al señor Evans. Ya había sido el Torneo Fútbol Frontier Internacional, en el cual perdimos contra el Inazuma Japón.

Por culpa de Mark Evans, Héctor entrenaba una y otra y otra vez la Mano Celestial X hasta elevarla a un nivel mayor.

Yo era una nueva integrante del equipo de hará un par de años. Me llevaba muy bien con todos, en especial con el mencionado anteriormente. De vez en cuando salíamos a pasear por la playa, a entrenar con él, a comprar un helado... pero sobre todo a entrenar, vaya.

Era el capitán por lo que estaba muy ocupado con el resto, pero siempre encontraba un hueco para ayudarme.
Yo guardé una distancia prudencial entre ambos, observando desde lejos, hasta que decidí irme.

Paseé tranquilamente entre las casas y llegué a la mía, viendo por enésima vez la carta que nos dejó el equipo de Japón junto con un folleto de un festival de verano que habría en su ciudad. Le pregunté a mi madre si me dejaría ir, y por el momento, me dijo que sí. La cosa era llevar a alguien y...
Quería llevar a Héctor. Pero, ¿y si ahora piensa que le gusto o algo? No, no podía permitir eso. Aunque fuese verdad, no podía dejar que lo supiese.

Pero... Yo quería ir con él. O con el equipo entero, me daba igual. Pero estar con Héctor.

Dios, a veces las cosas son muy difíciles...

...

Miré a Héctor mientras caminaba a su lado. Él iba girando un balón en su dedo índice y sonreía levemente cada vez que se desiquilibraba el balón y se le caía al suelo.

Observé el cielo, que se iba tornando a un naranja oscuro cada vez más profundo.

—Oye, Héctor —dije acaparando su atención.

—¿Pasa algo?

Noté su mirada oscura sobre mí y decidí mirarle de vuelta.

—¿Quieres ir al festival de verano de ciudad Inazuma?

—¡Pues claro que sí! ¿Cuándo es?

Al principio, procesé su respuesta. Había aceptado.

Vale, algo anda mal, Héctor no perdería ni un solo día de entrenamiento por eso.

One-Shots Inazuma Eleven e Inazuma Eleven GODonde viven las historias. Descúbrelo ahora